CASTELLÓN, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Síndrome de Down de Castellón ha denunciado que se encuentra en una "situación límite" a causa de los impagos de 600.000 euros por parte de la Generalitat, una circunstancia que, de no solucionarse, puede llevar a la entidad a "no poder continuar con su actividad".
La fundación, creada en 1996, viene prestando el servicio de Centro Ocupacional, Atención Temprana, Centro Especial de Empleo y Formación Laboral y en estos momentos se le adeudan más de 600.000 euros --277.000 euros el Servicio Valenciano de Formación y Empleo (Servef), 314.000 de Bienestar Social y 51.000 de Educación.
Debido a los impagos, los trabajadores "llevan dos meses sin poder cobrar sus nóminas, no se ha podido pagar la Seguridad Social ni el IRPF, tampoco se han podido pagar los alquileres". "Y las facturas de los proveedores se acumulan encima de la mesa. Se han agotado los fondos recaudados en conciertos benéficos, torneos de golf, donaciones privadas y ahora nos preguntamos cómo seguimos adelante", lamentan fuentes de la fundación en un comunicado.
Las mismas fuentes han precisado a Europa Press que el futuro próximo "se está poniendo muy negro", ya que temen que los proveedores dejen de servir, lo que imposibilitará, por ejemplo, dar el servicio de comedor. También temen que los dueños de los locales no aguanten más sin cobrar los alquileres y se preguntan "qué va a pasar con los intereses de los créditos que se han tenido que solicitar para adelantar los pagos". "Es una pescadilla que se muerde la cola", apuntan.
Entre otros usuarios, la entidad castellonense proporciona atención temprana, "que es fundamental para estos niños", a 55 menores de 0 a 3 años, además de otras 40 personas que acuden al centro ocupacional y que comen allí.
SIN PLAZOS
A pesar de las reuniones que mantiene la patronal de centros ocupacionales de la Comunitat con representantes del Ejecutivo autonómico aún no hay un plan de pagos previsto ni plazos exactos.
Sobre posibles protestas para llamar la atención sobre esta situación, los responsables de la fundación recalcan que este tipo de centros "no se puede cerrar como las farmacias". "Si cerramos las puertas, ¿qué pasa con los chavales", plantean.
