BILBAO, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
La organización vasca de personas consumidoras EKA/OCUV considera un "despropósito" la nueva Ley de Servicios de Pago, que entra en vigor el próximo 1 de enero y permite a los comerciantes cobrar un recargo en los pagos con tarjeta. Se estima que la media podría rondar el 0,9 por ciento. La mayoría de los demás agentes implicados (comerciantes, empresas de servicios de pago, entidades financieras...) se muestra también en contra de este cambio.
En un comunicado, EKA/OCUV manifestó que no se puede aceptar que se carguen a los consumidores los "desequilibrios y las disputas" entre los comercios y las entidades financieras, y recordó que los costes productivos de los comercios ya están repercutidos en los precios de los productos.
Asimismo, argumentó que el precio de las productos y servicios, el que marca la etiqueta, no puede ser distinto en función de cómo se pague. "Así lo ha dicho el propio Instituto Nacional de Consumo: Todo precio anunciado debe ser el final. Ningún consumidor puede llevarse sorpresas a la hora de pagar", explicó.
En esta línea, apuntó que esta medida "puede frenar todavía más el consumo, cuando por todos los medios se está diciendo que salir de la crisis pasa necesariamente, entre otras medidas, por reactivar el consumo" y añadió que encarecer el precio del pago con dinero de plástico supondrá más circulación de dinero en efectivo, más dinero en metálico en los bolsillos de los consumidores y más billetes en las cajas de las tiendas: "toda una tentación para los amigos de lo ajeno".
También destacó que "los consumidores sacaremos más dinero de los cajeros automáticos y esto podría animar a los bancos y cajas a incrementar aún más las comisiones por uso de cajero. Y los consumidores ya estamos pagando mucho por el uso de las tarjetas. De enero a septiembre de este año las comisiones de mantenimiento se han encarecido una media del 15 por ciento".
EKA/OCUV dijo haber consultado la opinión de numerosos profesionales del comercio y de varias asociaciones de comerciantes y mayoritariamente se decantan por no aplicar el recargo, puesto que, dicen, "sería arrojar piedras a nuestro propio tejado". "Esperamos que así sea, por el bien de todos", concluyó.
