Dos de cada tres extremeños afirma que ha cambiado sus hábitos de consumo con la crisis económica, según UCE

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TORSTEN SEILER/WIKIMEDIA
Actualizado: martes, 14 marzo 2017 11:15

   MÉRIDA, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Dos de cada tres extremeños afirma que ha cambiado sus hábitos de consumo con la crisis económica, según el "I Barómetro de Hábitos de Consumo", basado en los resultados de casi 1.000 encuestas personales realizadas a pie de calle elaborado por la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE).

   Así, por géneros, mientras que el 70 por ciento de las mujeres dice que sí han cambiado su forma de hacer las cosas, en los hombres lo ha hecho sólo el 55 por ciento.

   Además, también dos de cada tres extremeños cree que la crisis económica "no" ha tocado fondo; y el 57 por ciento de los encuestados dice gastar menos que antes de que comenzara la crisis.

   También, uno de cada cuatro dice no llevar a cabo ningún hábito de ahorro en los suministros energéticos; y casi el 60 por ciento de los que dicen tener entre 31 y 45 años es titular de una hipoteca.

   Estos resultados surgen del citado barómetro, elaborado por UCE con motivo de la celebración este miércoles, día 15, del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, conmemorando el discurso que Kennedy ofreció al Congreso de los Estados Unidos en 1962, y en el que se habló por primera vez de que los ciudadanos, como consumidores, merecen una protección.

UNIDAD FAMILIAR

   En primer lugar, se ha observado que la media de miembros que convive habitualmente en el domicilio familiar de un extremeño es de tres personas, aunque un 10 por ciento vive solo.

   Asimismo, las cifras de paro mejoran "poco a poco" en la región, y a así lo manifiesta el 51 por ciento de los encuestados, al determinar que en sus hogares no hay ningún familiar en desempleo, según el estudio.

   Por otra parte, la mitad de los extremeños encuestados manifiesta que no tiene ninguna financiación, frente al 41 por ciento que dicen tener una hipoteca, de estos el 11 por ciento tiene además otras financiaciones, mientras que un 9 por ciento tiene algún préstamo personal o tarjeta de crédito.

   No obstante, la situación varía "mucho" en función de la edad. Así, sólo uno de cada cinco de entre los más jóvenes y los de más de 65 años de edad son titulares de un préstamo hipotecario; en cambio, los que tienen entre 46 y 65 años el porcentaje llega al 45 por ciento y se dispara hasta el 59 por ciento quienes están entre los 31 y 45 años.

LA COMPRA MÁS A MENUDO

   Por otra parte, según la encuesta, parece que se acabó la imagen de esas familias que a primeros de mes salían de los hipermercados con el carro hasta arriba (sólo lo hace el 5 por ciento de los encuestados), pues más de la mitad de los extremeños (56 por ciento), hace la compra de alimentos varias veces por semana.

   Este hábito es "muy positivo" para evitar que los alimentos puedan estropearse y tenerlos que tirar, sobre todo, los perecederos, y permite ajustar en "mayor medida" el presupuesto de alimentación.

   Que el uso de las tarjetas es cada vez más frecuente queda demostrado por el hecho de que el 46 por ciento de los encuestados prefiere pagar con plástico que con dinero. Aún así, la mayoría, el 53 por ciento sigue pagando en metálico. Y, quizá por enseñanza de la crisis, no llega al 1 por ciento quienes usan medios de financiación para pagar sus compras cotidianas.

   En este aspecto, llama la atención que en las localidades más populosas, el uso de las tarjetas ya supera al metálico (50 por ciento frente a 49 por ciento). Sin embargo, en el ámbito rural, su utilización está mucho menos extendida, pues poco más del 35 por ciento las prefiere frente al metálico.

MEDIDAS DE AHORRO ENERGÉTICO

   A pesar de las constantes llamadas al ahorro en energía, uno de cada cuatro encuestados nos diga que no lleva a cabo ninguna práctica para gastar menos en su hogar.

   Sin embargo, hay notables diferencias si se afina un poco, de tal forma que, por ejemplo, en el grupo de encuestados que tienen entre 46 y 65 años, un 82 por ciento dice que ahorra; sin embargo, en los más mayores, sólo lo hace un 69 por ciento.

   En cuanto a la motivación, la mayoría lo tiene claro: el bolsillo, según manifiestan dos de cada tres encuestados.

TELEFONÍA

   También, el cambio de suministrador o proveedor de servicios es cada vez más frecuente en la región, como demuestra que la mitad de los encuestados lo haya hecho alguna vez, fundamentalmente, buscando mejores tarifas o precios.

   Sin embargo, de quienes han cambiado, el 73 por ciento lo ha hecho de compañía de telefonía. Por otra parte, uno de cada tres extremeños que ha cambiado de compañía lo ha hecho en su suministro eléctrico, igual que en sus seguros.

   De igual modo, uno de cada tres encuestados afirma haber dado de baja algún servicio que tenía contratado antes de la crisis; y "muchos" de quienes han dado de baja algún servicio, lo ha hecho en el teléfono (38 por ciento) y uno de cada cuatro ha dado de baja su seguro de hogar.

   Asimismo, casi el 30 por ciento ha prescindido de la televisión de pago. Por último, el 16 por ciento ha dado de baja su seguro del vehículo.

   Por otra parte, el ocio ha sido uno de los ámbitos en los que más se ha tenido que ahorrar para salir adelante, tal y como manifiesta más de la mitad de los encuestados (51 por ciento), que afirma haber tenido que reducir sus actividades de ocio.

   Una de las enseñanzas positivas que se debe obtener de la crisis económica es que se debe ahorrar, ajustar los gastos a la situación económica real; y así declara estar haciéndolo el 57 por ciento de los extremeños, que afirman gastar ahora menos que antes de la crisis.

CRISIS

   También, según la encuesta, hay poca confianza entre los extremeños en que la crisis haya tocado fondo, pues dos de cada tres encuestados creen que aún no lo ha hecho.

   Sin embargo, esta sensación no es del todo generalizada, pues el ambiente en las localidades más populosas es algo más optimista ("sólo" el 60 por ciento cree que no se ha tocado fondo); y en cuanto a las provincias, los cacereños tienen peor ánimo (el 28 por ciento es optimista) que los pacenses (el 38 por ciento lo es).

   Asimismo, por edades hay diferencias muy notables, ya que los más jóvenes tienen mucha más confianza en que lo peor ha pasado (40 por ciento) que los más mayores (22 por ciento).