Aguila
AMUS
Actualizado: miércoles, 1 febrero 2017 14:09

   MÉRIDA, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La organización animal AMUS ha conseguido recuperar, tras tres meses de cuidado, a un águila real que fue ingresada en su hospital al ser disparada en la Campiña sur de Extremadura.

   Dicho animal fue recogido por un Agente del Medio Natural y del cuerpo del Seprona de la Guardia civil en la zona del Hotel Mirador de Azuaga (Badajoz) "con una grave fractura en un ala provocada por el disparo".

   Desde su admisión en AMUS los distintos equipos de técnicos han trabajado "sin descanso para convertir a este águila en todo un símbolo, en la heroína de una historia de superación".

   El próximo viernes, día 3, será liberada en la misma zona en la que se halló herida, "desafiando una vez más la afrenta de un gremio que en estos momentos está envuelto de enorme polémica", según ha informado AMUS en nota de prensa.

   El caso de este ejemplar, perteneciente a una especie incluida en el catálogo regional de especies amenazadas como "vulnerable", pone "no ya el acento sino que rubrica el determinante impacto del ejercicio de la caza sobre las especies protegidas".

   "Se consideran por miles los ejemplares que son abatidos anualmente por acciones ilegales que contravienen toda la normativa al respecto", y que, según las estadísticas, "suponen una de las mayores amenazas para las especies silvestres junto a las electrocuciones y colisiones con líneas eléctricas".

EXTREMADURA ES UN ÁREA DISPAR EN ECOSISTEMAS

   España, "Extremadura sin ir más lejos", pertenece a un área biogeográfica dispar en ecosistemas y exclusiva en lo genuino de especies de gran valor en Europa y en el Mundo, "conservada como un producto al vacío hoy convertido en referencia internacional. Particularidad milagrosa que la hace referente como primer destino para observar aves y paisajes conservados".

   "Esta matriz de exponente biodiversidad debe ser correspondida con una buena gestión, de ahí la enorme responsabilidad de asegurar que todo este crisol de fauna, de endemismos, de paisajes perduren en el tiempo sin riesgo de erosión genética ni poblacional".

   A España acuden a cazar varios miles de personas cada año, se estima que existen sobre 800.000 cazadores, y "en muchas ocasiones es necesario tener una media/alta renta per cápita para desarrollar esta actividad".

   Así, se movilizan sobre 3,7 millones de euros al año, según la

   Federación de caza, y además este sector recibe subvenciones públicas. "La versatilidad de las órdenes de vedas generan la picaresca y ejercer la acción cinegética casi todo el año", entre descastes por daños y otros argumentos se justifican y autorizan acciones venatorias durante muchos meses en la anualidad.

   "Con todo esto también se estiman por miles los ejemplares pertenecientes a especies protegidas que son el blanco de las escopetas, considerándose que en época de caza de cuatro ejemplares dos ingresa por disparo".

   Este "sex ratio no es ni a todas luces real" porque también se

   deduce que por cada ejemplar encontrado herido en un radio de 25 kilómetros a la redonda hay al menos cuatro que no serán hallados por nadie y por tanto no formaran parte nunca de ningún sondeo, ni estadística, según ha señalado AMUS.

   "España se ha convertido en un país en donde menores de edad pueden ya tener licencia para cazar, los exámenes y controles a los cazadores son de risa, las sanciones a determinados cotos o particulares de anécdota o de bronca de niños y en el que además en los presupuestos generales hay subvenciones para las federaciones de caza".

   La presión de distintas organizaciones conservacionistas sobre las administraciones de comunidades autónomas como Madrid, Castilla la Mancha, Extremadura o Andalucía "exigiendo correcciones en la normativa cinegética y dureza ante las infracciones, evidencian el profundo desacuerdo entre la sociedad y una actividad, como es la caza, en constante debate ante su gestión".

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