MOSCÚ, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) ha reclamado este viernes a las autoridades rusas que lleven, "por fin", ante la Justicia a los asesinos de la activista de Derechos Humanos chechena Natalia Estemirova y ha lamentado que, transcurridos tres años desde su muerte, los autores del crimen aún no han sido identificados y la situación de los activistas en esta república norcaucásica sigue empeorando.
El 15 de julio de 2009, un grupo armado no identificado secuestró a Estemirova, investigadora sobre Chechenia de la formación rusa de Derechos Humanos Memorial, en el exterior de su domicilio en Grozni. Su cadáver fue localizado ese mismo día, con múltiples heridas de bala, en la vecina república de Ingushetia.
Tanto las circunstancias de la muerte de Estemirova como las amenazas que había recibido a causa de sus actividades en favor de los Derechos Humanos "apuntan a una posible implicación de las autoridades o a un consentimiento de éstas respecto a su muerte", denunció HRW.
Pese a las "reiteradas" declaraciones de las autoridades federales según las cuales las investigaciones sobre la muerte de Estemirova están cerca de obtener resultados, "no ha habido ni un solo avance" en el caso "a lo largo del último año", prosiguió la organización.
Las investigaciones oficiales "se basan únicamente en la premisa de que Estemirova fue asesinada por insurgentes chechenos en venganza por haber expuesto algunos de sus crímenes". No obstante, tanto Human Rights Watch como importantes organizaciones rusas "no están de acuerdo en que éste sea el escenario más probable y han observado importantes discrepancias en las evidencias citadas por las autoridades", indicó HRW.
En este sentido, según Human Rights Watch, "las autoridades deben explicar públicamente qué pasos se han dado, si es que se ha dado alguno, para examinar la posibilidad de que haya alguna implicación gubernamental el este asesinato".
"Tres años después del descarado asesinato de Natalia Estemirova, las autoridades están actuando como si les fuera imposible llevar a cabo una verdadera investigación y, en cambio, están intentando silenciar a los activistas que han tomado su relevo", declaró la investigadora para Rusia de Human Rights Watch, Tanya Lokshina.
