Madrid es una las ciudades más caras del mundo para ir a un concierto de clásica

Actualizado: miércoles, 23 julio 2008 15:57


MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

Madrid es una las ciudades más caras del mundo para ir a un concierto de música clásica. El precio medio de las entradas ronda los 104 euros, mucho más que en capitales como Londres, Nueva York o París, donde los precios no exceden los 60 euros de media, según se desprende de un informe presentado hoy en Madrid sobre el 'Coste del ocio en las principales ciudades del mundo', elaborado elaborado por el Instituto de Empresa (IE) Universidad.

Los berlineses, con una renta similar a los madrileños, pagan de media 31,3 euros. Las entradas más baratas del mundo son para los habitantes de San Paolo, que pagan de media por ir a un concierto de música clásica 1,5 euros.

Sin embargo, comprar una entrada de cine en la capital española es tres veces más barato que hacerlo en Londres. Si el precio del ticket en Madrid es inferior a 7 euros, en Londres supera los 19,50 euros de media.

El estudio, dirigido por el profesor del IE, Gildo Seisdedos, resalta que "Madrid se posiciona, junto a Bruselas, como una de las 'estrellas culturales emergentes' por ser una ciudad capaz de aunar una oferta de calidad con un precio tremendamente competitivo".

Por otro lado, Seisdedos apunta que "Milán se sitúa entre las ciudades con valores clásicos en retroceso", y Londres, París y Viena se posicionan "como mecas del peregrinaje europeo y global y consiguen una prima en precio sobre sus eventos culturales".

Sesidedos destaca que "el informe se ha elaborado sobre la principal variable que condiciona la accesibilidad a la cultura: el precio y su relación con el nivel de renta relativo de cada uno de los 20 países seleccionados por su especial posicionamiento como capitales culturales en los cuatro continentes: Ámsterdam, Berlín, Bruselas, Buenos Aires, Dublín, Hong Kong, Lisboa, Londres, Madrid, México, Milán, Montreal, Nueva York, Pekín, Praga, Sao Paulo, Sidney, Tokio y Viena".

TEATRO, MUSEOS Y BALLET

Los museos parisinos son los más caros del mundo con precio medio de entrada de 12,9 euros. "Sin embargo,--matiza el director del informe--, en Londres, donde la renta per cápita es 1.000 euros superior a la de París, las entradas son gratuitas".

"La ciudad británica es la más cara de todas las analizadas en el informe: ir al cine cuesta 19,50 euros, tres veces más que en Madrid y visitar los monumentos londinenses cuesta de media 12,24 euros" , indica Seisdedos.

Las entradas para el teatro en Bruselas son las más baratas de todas las investigadas, con un coste medio de 12,5 euros frente a los 204 euros que pagan los berlineses por asistir a este tipo de espectáculo, a pesar de que su renta per cápita es más baja que la de Bruselas.

Los festivales son también uno de los entretenimientos más asequibles en Bruselas con un precio medio de 11,6 euros. En Amsterdam cuesta diez veces más: una media de 122,5 euros.

Por otra parte, Seisdedos apuntó que asistir al ballet o a la ópera en Nueva York es más barato que en otras grandes ciudades, "Los neoyorquinos pagan de media 43 euros por entrada. Sin embargo los habitantes de Buenos Aires con una renta casi 1.200 euros inferior a la neoyorquina, pagan de media 10 euros más por entrada", añade.

Una de las conclusiones resaltadas en el informe es que "Europa destaca por favorecer el acceso a la cultura, tanto por su bajo precio relativo como por la riqueza de su oferta": 11 de las 20 capitales de la cultura están en Europa, cinco en América, y una, en Oceanía. "La cultura sigue siendo un valor y un referente europeo", sentencia Seisdedos.

El director de Cátedra Madrid Global de Estrategia Urbana Internacional apunta tres reflexiones en torno al estudio: en primer lugar, que "las ciudades deben encontrar un equilibrio entre el respeto a la libertad de expresión, el multiculturalismo y el mantenimiento de las señas de identidad de la ciudad"; en segundo lugar, que "la cultura ha de ser accesible a todos, ha de tener carácter público y debe de ser financiada públicamente"; y en tercer lugar, que no se ha de perder de vista "la importancia de la cultura como sector económico".