MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) - A ello ha añadido que la ley del referéndum, que pretenden que sirva de base para el 1-O, no está calificada por la mesa, no va en el orden del día del pleno de esta semana, no hay tiempo para aprobarla y aunque lo hicieran, "sería ilegal". En opinión del presidente del Gobierno, los independentistas pretenden hacer todo este recorrido "en un solo día": calificar la ley, quitar a la oposición su derecho al debate o que vaya al Comité de Garantías Estatutarias a pedir un dictámen sobre lo que quieren aprobar los independentistas, saltarse todos los trámites legales que utilizan todos los parlamentos "civilizados", aprobar una ley "ilegal" y convocar el referéndum "ilegal". Mariano Rajoy también ha querido dejar claro que los independistas nunca quisieron negociar con el Gobierno porque entendían que su "referéndum de independencia no era negociable" y les ha reprochado que hayan seguido adelante a pesar que "sabían" que él no podía autorizarlo porque la soberanía nacional pertenece al conjunto de los españoles, no al Gobierno, ni al Parlamento. Y ha añadido que en la Generalitat de Cataluña también sabían que el presidente del Gobierno no iba a autorizar esa consulta "porque no podía, porque no quería" y porque ya se lo dijo con "meridiana claridad". También sabían, según ha dicho, que: iban contra la ley, sin la cual no hay "ni democracia, ni Estado de Derecho"; que nadie les iba a apoyar "ni en Europa ni en ningún país del mundo" y que si sus pretensiones se convirtieran en realidad, "Cataluña se iría de Europa". Sin embargo, Rajoy ha lamentado que todo esto "no les haya importado" y hayan preferido emprender un camino "hacia ninguna parte". En este sentido, ha puesto de manifiesto que, aunque los independistas "desconfían unos de otros", no ha habido "nadie" capaz de tener un "liderazgo", preguntarse qué están haciendo y rectificar. En su opinión, esta manera de actuar del Gobierno catalán ha servido para "dividir como nunca" a la sociedad catalana y para que los "más extremistas" tengan en Cataluña una fuerza como nunca han tenido. Así, ha puesto como ejemplo el hecho de que la CUP exigiera la cabeza del expresidente de la Generalitat y "se la dieran" y de que se esté produciendo "un disparate aún mayor" y es que ahora esta fuerza política dirija el proceso independentista. Sin embargo, ha destacado la actuación del Gobierno en Cataluña evitando la quiebra de esta comunidad autónoma porque no pueden acudir a los mercados para financiarse y porque el Estado ha pagado a los proveedores que podían cobrar de la Generalitat instrumentando un plan de pago a proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)