Un asteroide ha variado 160 kilómetros de órbita en 12 años

Asteroides
NASA/JPL
Actualizado: viernes, 25 mayo 2012 20:16

MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -

Un científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, California, ha determinado con precisión la masa de un asteroide a millones de kilómetros de distancia. Steve Chesley, del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra del JPL usó los datos de tres instslaciones de la NASA: el radar Goldstone Solar System en el desierto de California, el Telescopio Espacial Spitzer, y el de Arecibo en Puerto Rico.

Según Chesley, para definir la masa del asteroide, lo primero que se necesita es entender su órbita y todo lo que podría afectar a esa órbita - incluyendo los cuerpos celestes vecinos y cualquier otra fuerza de propulsión que el asteroide pueda generar.

Con la incorporación de las observaciones extraordinariamente precisas recogidas por el astrónomo Michael Nolan en el Observatorio de Arecibo en septiembre de 2011, las observaciones de radar desde Arecibo y Goldstone en 1999 y 2005, y los efectos gravitacionales del sol, la luna, los planetas y otros asteroides, Chesley fue capaz de calcular hasta qué punto este asteroide se desvió de su órbita prevista.

Encontró que 1999 RQ36 se había desviado del modelo matemático unos 160 kilómetros en los últimos 12 años. La única explicación lógica para este cambio de órbita fue que la roca espacial estaba generando una fuerza propulsora conocida como el efecto Yarkovsky.

El efecto Yarkovsky recuerda al ingeniero ruso del siglo XIX que propuso por primera vez la idea de que las órbitas de los objetos pequeños del Sistema Solar cambiaban como resultado del modo en que éstos absorben la radiación del Sol en una de sus caras y lo reirradian mientras rotan. El efecto es difícil de medir porque es infinitamente pequeño.

"Cuando el asteroide está más cercano al sol, la fuerza de Yarkovsky en 1999 RQ36 es de sólo media onza - todo el peso de las tres uvas", dijo Chesley. "Cuando se habla de la fuerza de tres uvas empujando algo con una masa de millones de toneladas, se necesita una gran cantidad de mediciones de alta precisión durante un largo tiempo para ver los cambios orbitales. Afortunadamente, el Observatorio de Arecibo lleva una docena de años observando y ha podido ser calculado.

La pieza final del rompecabezas fue proporcionada por Josh Emery, de la Universidad de Tennessee, Knoxville, quien utilizó el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA en 2007 para estudiar las características térmicas de la roca espacial. Emery midió las emisiones infrarrojas de 1999 RQ36 para obtener la temperatura del objeto. A partir de ahí fue capaz de determinar el grado en que se cubre el asteroide por una capa aislante de material fino, que es un factor clave para el efecto Yarkovsky.

Con la órbita del asteroide, el tamaño, las propiedades térmicas y la fuerza de propulsión (efecto Yarkovsky), Chesley fue capaz de calcular su densidad aparente. "Si bien 1999 RQ36 pesa alrededor de 60 millones de toneladas métricas, tiene un kilómetro y medio de ancho," dijo Chesley. "Eso significa que tiene aproximadamente la misma densidad que el agua, por lo que es más que probable que se trate de una mezcla muy porosa de rocas y polvo".

El asteroide 1999 RQ36 es de particular interés para la NASA, ya que es el objetivo de su misión Osiris-Rex. Programada para ser lanzado en el año 2016 con destino a 1999 RQ36, recogerá muestras del asteroide y regresará a la Tierra.