Actualizado: domingo, 27 abril 2014 10:41

ROMA, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Cientos de miles peregrinos se concentran en la Plaza de San Pedro y las vías adyacentes para seguir en directo la ceremonia que conviertirá a Juan XXIII y Juan Pablo II en el 79 y 80 papas santos proclamado por la Iglesia Católica y que ha dado comienzo a las 10.04 horas de este domingo 27 de abril.

   El Papa Francisco ha llegado en procesión a las 10.00 horas a la Plaza de San Pedro. Allí ya se encontraba el Papa emérito Benedicto XVI que, vestido con los parámetros sagrados, ha sido recibido con una gran ovación, ha ocupado su asiento hacia las 09.30 horas en el sector izquierdo, y ha salidado al resto de los cardenales concelebrantes en una ceremonia que ya se conoce como la de los cuatro papas. En total hay 150 cardenales, 1.000 obispos y 6.000 sacerdotes.

   Las 122 delegaciones oficiales han comenzado ha llegar hacia las 09.00 horas y los Reyes de España, la reina Doña Sofía con la mantilla blanca reservada a las reinas católicas, han ocupado sus asientos hacia las 09.30 horas, junto con los ministros de Exteriores, José Manuel García Margallo, Interior, Jorge Fernández, y Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

   Hacia las 09.30 horas han comenzado a abrirse los paraguas ante la presencia de la lluvia. Los fieles han comenzado a entrar hacia las 05.00 horas en la Plaza de San Pedro, donde se han colocado 20.000 sillas en cuatro sectores, y también se congregan en Via de la Conciliacion, y  las calles adyacentes. Según el Vaticano, entre 250.000 y 270.000 personas pueden congregarse en estas vías, mientras que el Gobierno italiano estima que hasta un millón de peregrinos se encuentra en Roma para asistir a la ceremonia. Además, 2.000 millones la seguirán en todo el mundo.

   Los peregrinos portan multitud de banderas y pancartas para rememorar a los pontífices. Hay una especial concentración de peregrinos polacos.

La ceremonia sigue un rito simplificado y cuenta con las reliquias de sangre y piel de Juan Pablo II y Juan XXIII, respectivamente. La misa en latín ha estado precedida por la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita empleando el rosario, y por cantos interpretados por los coros de Roma, Bérgamo, Cracovia y el coro oficial de la Capilla Sixtina.

   El acto ha comenzado con el canto de la Letanía de los Santos y, a continuación, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, hace tres peticiones al Pontífice para que inscriba a los beatos --en este caso, Juan Pablo II y Juan XXIII-- en el libro de los Santos. Primero lo pide con "gran fuerza", una vez más con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".

   A continuación, el Santo Padre ejercerá toda su autoridad como cabeza de la Iglesia universal a través de una oración: "En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".

   Francisco continuará diciendo que les inscriben en el libro de los Santos y que establecen que sean venerados por toda la Iglesia. Y concluirá: "En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

   Después, se llevarán hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos, una ampolla de sangre en el caso de Juan Pablo II y un pedazo de piel desprendido durante la exhumación, en el caso de Juan XXIII. Concretamente, la reliquia de Roncalli la portarán familiares del santo, entre ellos, su sobrino, mientras que la del Papa Wojtyla será portada por personas cercanas a él, quizá por aquellas sobre las que obró el milagro.

   Tras la procesión, el cardenal Amato mostrará su agradecimiento al Papa Francisco por la canonización, se cantará el Gloria y se escucharán las lecturas correspondientes al segundo domingo de Pascua. Además, debido a la solemnidad de la celebración, el Evangelio será cantado en latín y griego.

   También se leerán cinco peticiones, la primera de ellas en español --para que la belleza de la vida nueva resplandezca siempre en la Iglesia y que todos los hombres reconozcan en ella a Jesús resucitado y vivo--. A esta le seguirán los ruegos en árabe, inglés, chino y francés, en los que se cita a los hombres de la cultura, de la ciencia y del gobierno.

   Además, en la plegaria eucarística se escuchará por primera vez los nombres de estos dos santos como San Juan Pablo II y San Juan XXIII. La ceremonia durará aproximadamente dos horas y concluirá con el Regina Caeli, oración típica del tiempo de Pascua.

   Las imágenes de los futuros santos que se han colocado durante la ceremonia serán las mismas que se utilizaron para la beatificación y los días que se asignarán para la veneración serán el 11 de octubre para Juan XXIII y el 22 de octubre para Juan Pablo II.

   Poco después, los agentes ubicados en los controles de seguridad han empezado a dejar pasar a los peregrinos que se agolpaban tras las vallas de seguridad para coger el mejor sitio mientras comenzaba a amanecer sobre la Plaza y repicaban las campanas del Vaticano.

   Para que los peregrinos puedan seguir la ceremonia, la organización ha habilitado sillas. La Guardia Suiza y la Gendarmería vaticana han dejado pasar en grupos a los peregrinos provenientes de todo el mundo para que puedan tomar asiento. Miles de peregrinos siguen la ceremonia de pie.

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