Vivir la vida salvada después de un Ictus

Matrimonio de ancianos, personas mayores, pensiones
Foto: CHRISTIAN CHARISIUS / REUTERS
Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 14 diciembre 2017 11:51

MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

"7:30 a.m., suena el despertador y Sole tiene que levantarse para ir a su trabajo. La noche anterior se acostó pronto porque se sentía lenta, pesada y tuvo un fuerte dolor de cabeza repentino. Al intentar incorporarse, observa cómo su pierna derecha no le responde, intenta llamar a su marido, que permanece dormido a su lado, pero al pronunciar su nombre, Santiago, lo único que sale por su boca es agghhmmmshhhff".

Hace ya algunos años que Sole me contaba esta historia, y detrás de ella han venido muchas más, familiares de amigos, compañeros del trabajo, conversaciones en el metro o en la cola del supermercado. Hoy, 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que aportan sangre al cerebro, un infarto cerebral.

Según refiere el Observatorio del Ictus, éste afectará a 1 de cada 6 españoles a lo largo de nuestras vidas. Es la segunda causa de muerte en España y la primera en el caso de las mujeres.

Afecta a unas 130.000 personas cada año y constituye la primera causa de discapacidad grave en el adulto, tanto física como intelectual.  Con estos datos, es muy fácil que alguien que conozcamos padezca esta enfermedad, por eso es recomendable preguntarnos: ¿qué puedo hacer yo?

   La respuesta es clara:

1.   PREVENIR

2.   SABER CÓMO ACTUAR

3.   CONCIENCIAR

1. ¿CÓMO PREVENIR?: Está en nuestra mano evitar los factores de riesgo. Cuantas menos papeletas tengamos para este sorteo, ¡mejor!

·   Reducir y eliminar el tabaco y consumo de alcohol u otras drogas.

·   Controlar frecuentemente la tensión arterial, para evitar la hipertensión.

·   Cuidar los niveles de colesterol, azúcar y realizar una dieta sana.

·   Evitar la vida sedentaria y la obesidad.

2. ¿CÓMO ACTUAR?: Es necesario que sepamos identificar los síntomas cuando una persona está sufriendo un Ictus.

·   Pérdida de sensibilidad o fuerza repentina de un lado del cuerpo o un miembro.

·   Alteración del habla: no se entiende lo que dice.

·   Pérdida de la visión total o parcial de uno o ambos ojos.

·   Dolor de cabeza súbito e intensidad fuerte, sin causa aparente.

Actuar con rapidez es fundamental, el tiempo es clave. Cuanto más tiempo transcurra, mayores pueden llegar a ser las secuelas. Como dice ésta canción: "un sólo síntoma es suficiente para buscar ayuda urgente".

3. ¿CÓMO CONCIENCIAR?: Podemos hacerlo en dos líneas: prevenir e intervenir en la recuperación, con la persona afectada y su familia.

Una experiencia que nos puede ayudar a entender el proceso de recuperación y rehabilitación de esta enfermedad, la podemos encontrar en el libro 'Alta sensibilidad'. Narra la historia en primera persona de Isabel Palomeque, una jóven que cambió su próspera carrera de enfermería por la danza, el flamenco y el voluntariado, tras sufrir un Ictus a los 24 años.

Debemos tener presente los cambios emocionales y sociales que experimentan tanto la persona afectada como sus familiares. Este proceso de superación se conoce con el nombre de crecimiento post- traumático y consiste en buscar los posibles beneficios de un estrés grave, para así desarrollar los máximos niveles de fortaleza y desarrollo personal.

En palabras del profesor Keating (de la conocida película 'El club de los poetas muertos'), debemos mirar la vida desde otra perspectiva: "Me he subido a la mesa para recordar que debemos mirar constantemente las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba. Cuando crean que saben algo deben mirarlo de un modo distinto, deben intentarlo, deben luchar".
  
Esto es lo que ocurre en las familias de personas que han sufrido un Ictus. Es necesario en muchas ocasiones hacer un cambio de roles, apoyar emocionalmente a la persona que se convierte en el cuidador principal, por la sobrecarga que puede experimentar y conseguir para todos ellos la mejor calidad de vida que sea posible.

Una mujer que había sufrido un ictus me pidió un favor que hoy quiero compartir con vosotros: "Cada vez que te encuentres cara a cara con alguien que haya pasado por lo mismo que yo, recítale el poema de Benedetti que tanto me ha hecho crecer en estos últimos meses:

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Sonia Mestre Roldán
Neuropsicóloga

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