CÁDIZ, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Dos voluntarios gaditanos están en Katmandú (Nepal) para ayudar a la recuperación de la zona tras el terremoto de magnitud 7,3 en la escala Richter que ha sacudido el país menos de un mes después de que otro potente seísmo dejara más de 8.100 fallecidos. A ambos les sorprendió el terremoto de este martes cuando instalaban una planta potabilizadora en un pequeño pueblo de una zona montañosa fuera del área de Katmandú.
En declaraciones a Europa Press, estos dos gaditanos pertenecientes al grupo de voluntariado GEA llegaron a Nepal el pasado sábado junto a otros ocho voluntarios con el objetivo de instalar una potabilizadora en el referido pueblo.
Tanto Elena Correas como Gabriel Leo, que así se llaman estos voluntarios, explican que cuando estaban instalando la potabilizadora el grupo de voluntarios se enteró de que se había producido otro terremoto, ante lo cual decidieron dividirse en dos grupos de cinco personas, quedándose uno montando la potabilizadora y viajando otro hasta Katmandú para colaborar.
Correas comenta que "la gente tiene muchísimo miedo, un miedo constante" y que todos los habitantes "duermen en la calle sobre lonas y bajo toldos". El grupo de cinco voluntarios que se ha desplazado a Katmandú, y en el que se integran los dos voluntarios gaditanos, han estado este miércoles reconociendo algunos edificios y comprobando, con las autoridades nepalíes, si había alguna víctima entre los escombros.
Por su parte, Leo, técnico de Protección Civil en Cádiz que cuenta con experiencia en este tipo de situaciones, expone que varios de los componentes del grupo han estado en los últimos años en distintas zonas donde se han producido terremotos.
SITUACIÓN "DRAMÁTICA"
Al hilo, destaca que la situación que se está viviendo en Nepal "es más dramática por el hecho de que se ha sufrido un terremoto bastante fuerte y, cuando la población se estaba tranquilizando y volviendo a sus casas, se ha producido otro de nuevo".
En este punto, afirma que "el miedo se nota en la población", que "duerme en la calle y no entra en los edificios para nada". Una circunstancia "lógica", pues "al haberse producido un terremoto y réplicas muy fuertes ha habido muchos edificios que se han caído, que está literalmente en el suelo, y otros que están a punto de caerse".
No obstante, incide en que la población nepalí "tiene muchas ganas de seguir adelante y es muy positiva", y que se encuentra "ayudando en todo momento", como las autoridades del país.
Este grupo de voluntarios en el que se integran los dos gaditanos tiene previsto permanecer en Nepal hasta el 18 de mayo a las 23,30 horas, y está estudiando la posibilidad de que otro grupo de voluntarios lo releve.
Leo sostiene que los voluntarios no tienen miedo, sino "respeto", porque "hay réplicas, y si te coge alguna réplica cuando estás entre los escombros que hay que salir pitando". Así, estos dos voluntarios gaditanos siguen ayudando en Katmandú con "mucho respeto a las posibles réplicas" pero "optimizando los recursos, y sobre todo los humanos".
