Actualizado 08/03/2011 20:13

La pintura costumbrista andaluza de los siglos XIX y XX, en el Bellas Artes con la colección Bellver

'En busca de la conquista', del pintor Gonzalo de Bilbao
EP

Plata y Bellver seguirán negociando "en privado" la ubicación definitiva de las casi 300 obras que componen su "amplia y valiosa" colección

SEVILLA, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

Desde este martes y hasta el próximo 29 de mayo el Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge la muestra 'Imágenes y mitos en la pintura andaluza', un total de 171 cuadros de corte costumbrista y una pequeña selección de esculturas y platerías de la colección que durante más de 50 años han ido atesorando el coleccionista bilbaíno Mariano Bellver y su esposa y que, de forma totalmente altruista, han cedido a la ciudad de Sevilla.

Según ha explicado en rueda de prensa el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, se trata de una exposición "muy amplia" --de las mayores en número de obras que ha acogido el Bellas Artes--, "muy luminosa y que refleja estampas populares que han quedado en la retina del imaginario popular". Se trata, en concreto, de pinturas de destacados autores del siglo XIX y XX como José Villegas Cordero, Emilio Sánchez Perrier, Manuel García Rodríguez, Gonzalo Bilbao, Ricardo López Cabrera, José García Ramos o Alfonso Grosso, entre otros.

Con esta muestra se cumple así la primera parte del acuerdo para la cesión de las obras del matrimonio Bellver y cuya segunda fase --la de encontrar una ubicación definitiva y "digna"-- se seguirá "negociando en privado" entre el propio consejero y el coleccionista. Bellver ha mostrado su confianza en que las negociaciones lleguen a buen puerto, aunque ha dudado de que éstas se resuelvan pronto. Al menos, ha dicho, en el Palacio de Monsalves, donde en principio se preveía la exposición de la colección de forma permanente. "Yo tengo 84 años y a Monsalves le queda...", ha ironizado el coleccionista.

Además, Bellver ha explicado que para la muestra permanente cederá en torno a un 70 u 80 por ciento de las obras que posee, y el resto, seguirá en su domicilio --aunque "podrá rotar"-- hasta que el matrimonio fallezca. Llegado este momento, el cien por cien de las obras serán cedidas a la ciudad de Sevilla, algo que Plata ha agradecido y por lo que, según ha adelantado, la pareja será reconocida "sin ninguna duda".

'Imágenes y mitos en la pintura andaluza', que ha contado con un presupuesto total de casi 50.000 euros gracias al "aprovechamiento" que se ha podido hacer del espacio expositivo anteriormente elaborado en el Museo de Bellas Artes, abarca una cronología que abarca desde 1830 a 1950.

Aunque los pintores son fundamentalmente sevillanos, también hay artistas españoles y extranjeros que tienen en común haber escogido Andalucía como temática de sus pinturas. El resultado es un conjunto expositivo de "gran coherencia" que muestra la evolución de la imagen de Andalucía y de lo andaluz durante estos siglos, arquetipo que evoluciona a la par que la técnica artística.

La exposición, que ha contado el patrocinio de CajaSol, se articula así en siete secciones temáticas que explican los principales rasgos que definen la pintura en ese momento. Según ha explicado el conservador Ignacio Cano, la muestra puede resumirse en las siguientes áreas: 'Los pintores viajeros'; 'Costumbrismo romántico'; 'Pintores andaluces en Italia'; 'La huella de los maestros'; 'La pervivencia del costumbrismo'; 'Paisajes y vistas' y 'Hacia una nueva sensibilidad'. Además, el montaje de las obras pretende recrear la visión de las estancias interiores de los coleccionistas del siglo XIX, tal y como pudo verse en Europa y Norteamérica.

PINTURA ROMÁNTICA

En la primera de las áreas se aborda la llegada en torno a 1830 de numerosos artistas a Andalucía, fundamentalmente ingleses y franceses, que marcaron el nacimiento de la pintura romántica en España y la extensión del gusto de lo castizo andaluz por toda Europa. Aquí se exhiben lienzos como 'El viejo bandolero', de Robert Kemm, que sirve de imagen de la exposición, o 'Escena galante en Sevilla' de John Philip.

La segunda sección, 'Costumbrismo romántico', reúne pinturas realizadas durante el segundo tercio del siglo XIX por pintores locales como Domínguez Bécquer, Cabral Bejarano, Cortés Aguilar o Federico M. Eder. Los temas tratados son los han quedado en el imaginario como característicos del romanticismo en Andalucía: calles y patios, majos y bandoleros, escenas de cante y baile.

Durante la segunda mitad del siglo XIX varios pintores de la escuela sevillana se trasladaron a Italia atraídos por el peso artístico de Roma y por las nuevas becas gubernamentales con las que se les pensionaba durante su estancia. En este tercer apartado denominado 'Pintores andaluces en Italia' se presentan obras como 'El embarcadero de la Salute' de José Villegas Cordero y 'Canal de Venecia con el campanile de Santa Fosca' de Rafael Senet Pérez.

TRADICIÓN BARROCA

La sección 'La huella de los maestros' muestra cómo las aportaciones realizadas por la pintura romántica no hicieron desaparecer la huella de la tradición pictórica, sobre todo del estilo barroco español y, en particular, del cultivado por Murillo. En Sevilla, los artistas que copiaban o imitaban al gran maestro sevillano se aseguraban así una segura fuente de ingresos.

Niños vagabundos o en escenas populares y picarescas, ancianos empobrecidos, Inmaculadas o santos seguían pintándose sin cesar, tanto para decorar iglesias como viviendas. También seguía cultivándose el bodegón y las escenas conventuales, lo que evidencia también la influencia de Zurbarán. En este apartado se exponen cuadros como 'Niños jugando a ser médicos' de Antonio María Esquivel y 'Maestra de novicias' de Alfonso Grosso.

La temática del costumbrismo romántico va a pervivir, pero perfeccionada desde el punto de vista técnico. Además, las pinturas se convierten en descripciones más detalladas de interiores, escenas y personajes. En esta sección llamada 'La pervivencia del costumbrismo' se presentan obras como 'La despedida del soldado' de Nicolás Jiménez Alpériz y 'Nazareno, dame un caramelo' de José García Ramos.

A finales del siglo XIX el paisaje se desarrolla como género independiente. Las vistas de la ciudad de Sevilla y sus alrededores, especialmente el río y Alcalá de Guadaíra, se convierten en motivos temáticos recurrentes de la escuela sevillana. Este apartado, 'Paisajes y vistas', reúne obras de Sánchez Perrier, García Rodríguez y Pinelo entre otros autores.

Por último, la sección 'Hacia una nueva sensibilidad' muestra cómo a través de pintores como Gonzalo Bilbao, López Cabrera o Romero Ressendi llegan los ecos de los nuevos movimientos desarrollados en París. El moderado avance de las vanguardias en Cataluña y el País Vasco se deja sentir entre los pintores andaluces.