Desarticulado en Málaga un grupo que comercializaba de manera ilegal atunes rojos y otros productos pesqueros

MÁLAGA, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Málaga, en el marco de la operación 'Agalla', desarrollada desde el pasado mes de agosto, ha detenido a tres personas por delitos contra la fauna, la salud pública, estafa, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal dedicado al comercio de atunes rojos y de otros productos pesqueros no aptos para el consumo humano. Además, se ha imputado a otras dos personas.

La investigación se inició al tener noticias de varios episodios de captura ilegal de atunes rojos (Thunnus thynnus) y su posterior desembarco en diferentes playas del litoral malagueño. De hecho, en Mijas agentes intervinieron 11 atunes rojos a un grupo de personas que estaban perfectamente estructuradas y que a plena luz del día, y con presencia de bañistas, desplazaban velozmente a estas especies, las cuales cargaban en vehículos para ser transportadas.

Durante la investigación se ha comprobado cómo este grupo criminal, amparándose en que uno de sus miembros era mayorista de pescado, compraba ilegalmente atunes rojos y otros productos pesqueros fuera de lonja y, por tanto, sin ningún tipo de control sanitario. Posteriormente, los comercializaba en diferentes provincias de Andalucía, pero con documentación y etiquetado fraudulento.

Al parecer, los vehículos que se utilizaban para el transporte carecían de las más mínimas condiciones higiénico-sanitarias y nunca habían sido limpiados ni desinfectados. Además, figuraban a nombre de terceras personas para evitar la incautación de los mismos, de manera que pudieran alegar que pertenecían a un tercero "de buena fe".

En total, se han intervenido 57 atunes rojos, unos 1.000 kilogramos de diferentes productos pesqueros y tres vehículos, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.

NO APTOS PARA EL CONSUMO HUMANO

La mayoría de los productos intervenidos en esta operación han sido declarados por las autoridades sanitarias como no aptos para el consumo humano, ya que su suponía un riesgo para la salud de los consumidores.

Incluso, han precisado, algunos de estos atunes dieron positivo en histamina, sustancia directamente relacionada con una mala higiene en la manipulación de los alimentos y sobre todo por una mala conservación del pescado, cuya aparición en el consumo de los alimentos, entre los que se incluye el atún, puede generar episodios alérgicos con calambres, trastornos respiratorios, hipotensión arterial, enrojecimiento, picores y edemas faciales, entre otros síntomas.

Los atunes intervenidos fueron reconocidos por el equipo de túnidos del Centro Oceanográfico de Málaga, dependiente del Instituto Español de Oceanografía, quienes inequívocamente certificaron que se trataban de atunes rojos (Thunnus thynnus), que habían sido capturados con anzuelo, probablemente con línea de mano debido a las heridas y desgarros en los maxilares superior e inferior de los mismos.

Dichos ejemplares habían sido capturados en el medio natural y no en jaulas de engorde, evidenciándose así su captura ilegal, debiéndose tener en cuenta que la cuota atribuida para la pesca deportiva y recreativa ya había sido alcanzada, por lo que la campaña del año 2014 de esta pesquería estaba cerrada definitivamente.

En este dispositivo han participado agentes de las comandancias de la Guardia Civil de Málaga y de Sevilla, inspectores de pesca de la Junta de Andalucía, veterinarios de Salud, técnicos del Instituto Español de Oceanografía, y la Secretaría Española del ICCAT (Consejo Internacional para la Conservación del Atún Atlántico y Mares Adyacentes).