Málaga.- Tribunales.- El acusado de matar a una prostituta niega que quisiera asfixiarla y dice que vio cómo la seguían

Actualizado: lunes, 23 enero 2006 16:39

MALAGA, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

El hombre acusado de matar a una mujer nigeriana que ejercía la prostitución en el polígono Guadalhorce de la capital en 2003 negó hoy ante el jurado popular, que lo juzga durante esta semana, que tuviera intención de asfixiar a la joven, a quien, según dijo, la seguían cuatro personas cuando se le acercó a su vehículo para ofrecerle sus servicios.

"En ningún momento quise asfixiarla, lo que quería es que se quedara tranquila y yo me pudiera ir", aseveró el procesado, que se enfrenta a una petición fiscal de 14 años de cárcel por un delito de homicidio, mientras que su defensa solicita 18 meses, al considerar que no había intencionalidad, o cinco años, si se admite la eximente incompleta de legítima defensa. El jurado, que se constituyó esta mañana, está formado por ocho hombres y una mujer, además de los dos suplentes, también hombres; el juicio continuará mañana.

Los hechos sucedieron sobre las 07.00 horas del 11 de diciembre, cuando, según el fiscal, el acusado, Juan Carlos M.R, contactó en la calle Hermann Hesse del polígono Guadalhorce con la joven de 23 años de edad. Tras un corto recorrido en dirección a la carretera de la Azucarera, el acusado se desvió hacia un camino y paró el vehículo, de donde se bajó y, "sin que conste el motivo", le propinó varios golpes en la cabeza y patadas en el cuerpo.

Después, "guiado por el ánimo de dejarla sin vida", la sujetó por el cuello, haciendo un lazo con su antebrazo izquierdo y su mano derecha, ejerciendo una presión tan intensa que le provocó la muerte por asfixia mecánica, según el relato del fiscal, en el que se especifica que la víctima intentó defenderse, sufriendo con ello diversas erosiones, aunque consiguió propinarle un mordisco en la oreja y otro en el muslo izquierdo al procesado. El cadáver apareció en otra zona cercana al Campamento Benítez.

El acusado dijo que pasaba muchas mañanas por el polígono porque era el sitio más corto para ir a su trabajo como albañil y aseguró que ella "se me echó encima y se metió en el coche", ofreciéndole los servicios, a lo que él le dijo que no. En ese momento, según relató hoy, pero no en otras declaraciones, vio por el espejo que cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, la seguía y se dirigían en dirección al coche. "No sé lo que le había pasado, venía bastante asustada", apuntó.

Explicó que reanudó la marcha, con la joven en el coche, para "quitarse de en medio" ante la situación, pero negó que se desviara de su camino, como dice el fiscal. Cuando volvió a parar, dijo que ella se le volvió a ofrecer y ante la negativa salió del coche con su cartera, por lo que él salió también; en ese momento, según señaló, comenzaron a forcejear y ella le llegó a morder en la oreja y en el muslo, ante lo que él la sujetó por el cuello, "para que se quedara quieta", tras lo que ella se desplomó y murió.

"No sé ni cómo pasó, no me lo creo todavía", declaró el procesado, quien dijo que, posteriormente, intentó "reanimarla", pero como no reaccionó, metió el cadáver en el coche y condujo. Aseguró que tuvo la intención de ir a un hospital "por si estaba viva", pero se asustó; aunque también dijo que ya en el primer descampado le puso un cable en el "pescuezo", que luego apareció en las piernas, "para aparentar que era un ajuste de cuentas de las cuatro personas que la seguían".

Llevó el cuerpo a la explanada donde fue localizado por la Policía, para que "la encontrara antes, que se ponen allí a hacer controles"; y la desnudó porque "la ropa tenía sangre mía", aseguró el procesado, quien fue detenido unos tres meses después, tiempo en el que "pensé en entregarme varias veces, pero tenía miedo a la reacción de mi familia". Cuando le detuvieron "me quité un peso de encima", apostilló.