MALAGA, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un total de 18 años de prisión a un hombre y a una mujer por vender droga utilizando a una menor para hacer las transacciones comerciales desde una vivienda ubicada en la barriada malagueña de Palma-Palmilla. Además, al varón se le condena a seis meses por resistirse a la detención.
Las investigaciones comenzaron en junio de 2004 al montarse un dispositivo policial sobre una vivienda de la calle Cigüela, donde se intervinieron dos pequeñas bolsitas con cocaína y heroína, droga valorada en 24 euros. No obstante, según la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press, continuaron las vigilancias y seguimientos sobre dicha casa.
Así, un día de agosto del mismo año, los agentes observaron cómo una persona llamaba a la puerta, que abrió el acusado, quien recibió un billete de 50 euros y cerró. Posteriormente, abrió la hija de la acusada, de 13 años, quien entregó al comprador la vuelta y la sustancia estupefaciente. Ante esto, los policías intervinieron rápidamente.
En ese momento, el acusado intentó cerrar la puerta, aprisionando la mano y el pie de un policía para que no entrara. No obstante, éste consiguió, con la ayuda de otros agentes, descolgar la puerta del bastidor y acceder al interior de la vivienda, donde encontraron tres cuartitos de droga, 850 euros en billetes y 127 en monedas.
La Sección Segunda desestima las alegaciones de las defensas y habla de "flagrancia" en los hechos declarados probados, por lo que entiende que no es necesario autorización judicial para entrar y registrar la casa. Concluye, en este sentido, que la actuación policial fue "correcta" y la obtención de pruebas "plenamente legítima".
En este caso se aplica la agravación de utilización de menores para la venta de drogas, lo que, según el Tribunal, queda acreditado por la declaración de los agentes de Policía Nacional que actuaron y de la niña, quien reconoció haber entregado la vuelta del dinero, pero negó haber dado la droga al comprador.
La Sala concluye que dicho día, el acusado "vendió una papelina", porque recogió el dinero, actuando "con conocimiento y consentimiento de quien era la moradora de la vivienda", madre de la menor, que fue utilizada por ambos para esa tarea. Añade que la mujer era quien dirigía esta actividad, bien materializando las entregas personalmente o bien a través de su hija o del otro acusado, con quien tuvo una relación.
Andalucía
