MÁLAGA 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La mujer acusada por olvidarse de recoger a sus hijas del colegio aseguró hoy que desatendió "un poco" a las dos menores y a ella misma durante un tiempo porque la familia estaba pasando un mal momento económico. "Me he sentido impotente como mujer y como mamá", apostilló la procesada, quien apuntó que ahora la situación "ha mejorado bastante".
El Juzgado de lo Penal número 7 de Málaga acogió hoy el juicio contra la madre y el padrastro de las menores, de seis y nueve años de edad, para los que el fiscal pide seis meses de cárcel por un delito de abandono de familia, después de que presuntamente ambos olvidaran recoger a las dos niñas del colegio de la capital en el que estudiaban el pasado mes de mayo.
Según la acusación, que hoy se mantuvo, las pequeñas presentaban un estado de abandono "extremo". A este respecto, la mujer dijo que pasaron una época de "crisis total", en la que estuvieron 40 días sin luz y dos semanas sin gas, además de que hubo "bastantes" discusiones con su pareja, pero insistió en que no había malos olores en la casa, que estaba "ordenadita", y que las niñas iban aseadas.
La acusada, para la que el ministerio fiscal pide también la inhabilitación para ejercer la patria potestad, declaró que recibieron ayuda de los Servicios Sociales por falta de ingresos; de hecho, las pequeñas no podían tomar el bocadillo en el recreo, pero sí utilizaban el servicio de comedor gratuito. Además, la mujer negó que las niñas se quedaran solas en casa.
El relato inicial del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, relataba que una vez en 2006, la pequeña de cuatro años estuvo ingresada en el hospital y estuvo sola. A este respecto, explicó que ella no fue ese día porque estaba en otro asunto familiar con su hermana en Fuengirola (Málaga) y llegó muy tarde, pero aseguró que sí fue al hospital al día siguiente.
Respecto al día que la pareja no las recogió del colegio, explicó que le dijo a su marido que fuera a recogerlas, porque ella tenía que estar en la iglesia, donde es voluntaria, toda la tarde porque "estaban preparando un congreso" y relató que cuando llegó a casa y no vio a las niñas le preguntó a su pareja, pensando al principio que "estaba bromeando", aunque luego se asustó "mucho".
Además, señaló que tardaron en ir a la Policía porque primero fueron a la casa de unos vecinos por si estaban allí. A preguntas de su abogado, dijo que ha pasado por una depresión y ha estado con medicamentos para los nervios por su situación precaria, que, según dijo, "ahora ha mejorado bastante", porque ya tienen luz, agua y gas. Además, indicó que ha visitado a las pequeñas este tiempo.
Por su parte, el padrastro de las niñas, casado con la madre desde 2005, aseguró que en esos momentos sus preocupaciones eran "la comida y pagar un alquiler", aunque coincidió con la mujer en que las niñas no llevaban la ropa rota y en que iban al colegio todos los días, aunque, según dijo, se acostaban sobre las once de la noche, una vez subían de jugar en la calle y cenaban.
Respecto al problema en el colegio, aseguró que hubo falta de coordinación para ir a buscarlas, porque "yo creí que iba a ir ella y ella pensó que iba a ir yo". Explicó que fue por la tarde a los juzgados para ver por qué la casera le había cortado la luz y luego se fue a un campo de fútbol donde a veces entrena a chavales, tras lo que fue a casa.
DESALIÑADAS
Una agente de la Policía Local, que atendió el servicio ese día, indicó que fueron a recoger a las niñas porque les avisaron del colegio de que habían terminado las actividades extraescolares y no habían ido a por ellas. Aseguró que las pequeñas estaban "llorando" e iban un poco desaliñadas en cuanto a la ropa y los zapatos. "A una se le veía el dedito a través de la suela", apuntó.
Explicó que fueron a casa para intentar localizar a los padres, pero no lo lograron. Los vecinos con los que hablaron les dijeron que las niñas pasaban mucho tiempo solas, estando "medio abandonadas", que la mayor era la que se hacía cargo de la pequeña y que la mujer y el hombre "discutían mucho".
La entonces directora del centro explicó, por su parte, que el colegio gestionó el servicio de comedor, y no el padre como él declaró, aunque en un informe de los Servicios Sociales que señala que se dijo lo contrario. Aseguró que las niñas "son un encanto" y van bien en clase, habiendo solicitado los padres, incluso, su inclusión en el módulo de bilingüismo.