Saber gestionar las propias emociones y las de los demás, "clave para llegar a ser un buen líder"

La coach Marina G. Díaz-Jargüin en los cursos de verano de la UPO
EUROPA PRESS/UPO
Actualizado: miércoles, 12 julio 2017 17:43

La coach Marina G. Díaz-Jargüin asegura que el autoconocimiento es esencial para favorecer el desarrollo personal y profesional

CARMONA (SEVILLA), 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

Saber gestionar nuestras propias emociones, así como las de los demás, es "clave para ser un buen líder". Así lo ha puesto de manifiesto la coach, licenciada en Marketing y experta universitaria en Coaching Personal, Organizacional y Ejecutivo, Marina G. Díaz-Jargüin Vizcaíno.

Y es que, según ha explicado, un buen líder sirve para conseguir un objetivo común, sin olvidarnos de los objetivos personales de cada persona en un equipo de trabajo, en una comunidad o en la familia. "Es crear un clima de confianza en el que todos los miembros quieran aportar, estén motivados y experimenten un crecimiento profesional y personal. Sin duda, los grandes líderes gozan de inteligencia emocional", subraya.

Marina ha participado en el curso 'Coaching, comunicación y liderazgo. Aplicación en el ámbito personal y empresarial (III edición)', que se está celebrando dentro del marco de la XV Edición de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona.

Cuando hablamos de liderazgo personal, se refiere a la capacidad que se tiene de autoliderarnos. De esta manera, para ser un buen líder dentro de una comunidad, familia o empresa, primero se debe empezar por liderarse a uno mismo. Es decir, según señala la coach, una persona que se lidera a sí misma es aquella que es responsable de sí misma, de sus acciones, de sus resultados y decisiones. Es aquella que tiene unos objetivos claros, que vive en base a sus valores, que se conoce a sí misma".

No obstante, es evidente que cada persona tiene su propia personalidad, lo que hace que su estilo de liderazgo funcione sabiendo cuáles son sus cualidades y siendo conscientes de cómo puede mejorar sus debilidades.

Como ha aclarado Díaz-Jargüin, existen diversos modelos de liderazgo, desde menos a más resonantes. A su juicio, "esto quiere decir que existen modelos o estilos donde el líder carece de inteligencia emocional, a otros con un alto valor en inteligencia emocional como el líder coach, el líder visionario o resonante".

Según la experta, "estos últimos saben identificar y gestionar las actitudes y emociones propias y las de los demás al comunicar, generan empatía y un buen clima en su entorno. Provocan el efecto resonancia, son capaces de sintonizar con los sentimientos de los demás y encauzarlos en una dirección positiva".

Para favorecer el desarrollo personal y profesional, el autoconocimiento es un elemento esencial e implica descubrir los valores, creencias, fortalezas y debilidades. A través del conocimiento, las personas toman conciencia de quiénes son, qué quieren y hacia dónde quieren ir.

"Es la base para poder desarrollarse y crecer con confianza y seguridad, así como con la motivación necesaria para desarrollar los talentos. Se está acostumbrado a escuchar a los demás, a prestar atención a lo que opina el entorno, si bien Díaz-Jargüin se pregunta qué se opina sobre uno mismo.

Marina sostiene que "es importante escuchar tu cuerpo, hacer autorreflexión sobre cómo se siente y sobre lo que cada uno quiere en su vida". Esta autorreflexión hace tomar conciencia sobre lo que realmente se valora o es importante para uno, a la par que "cuáles son las creencias que se deben fortalecer y cuáles son limitantes y se deben eliminar".

En todo el proceso de autoconocimiento, el coaching ayuda a ser mejores personas porque es muy difícil avanzar cuando se está acostumbrados a ver el vaso siempre medio vacío. Y es que, como ha apuntado Marina, "no se trata de no ver la realidad, se trata de no juzgarla, de ser capaz de separarse de ella y verla con otra perspectiva, de cambiar determinados hábitos que potencien a ser mejor persona".

En un proceso de coaching, normalmente en las primeras sesiones, el coachee o cliente entra en un proceso de autorreflexión, analiza y descubre cosas de sí mismo que antes no sabía, incluso se da cuenta de que cosas que le daban miedo o que creía imposibles de hacer, durante el proceso, se vuelven sencillas.

De esta manera, "disminuyendo esa sensación de miedo, se descubren capacidades que estaban dormidas. El coaching es un impulso al cambio, a querer seguir hacia delante con la ayuda de un guía que facilita y agiliza ese cambio para llegar al estado deseado", ha concluido la coach.