Satse alerta del incremento del 16% de las agresiones a sanitarios en Andalucía en 2021

Concentración de Satse en Málaga contra las agresiones a sanitarios
Concentración de Satse en Málaga contra las agresiones a sanitarios - SATSE
Publicado: martes, 8 febrero 2022 14:57

SEVILLA, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Sindicato de Enfermería Satse ha criticado el nuevo incremento de las agresiones a profesionales de la sanidad andaluza, con 1.208 registradas durante 2021, un 16% más que el año anterior, y ha advertido que los usuarios siguen responsabilizando de las deficiencias del sistema a los profesionales que les atienden en primera línea, como demuestran que la demanda de atención o la disconformidad con el trato son las principales causas que derivan en actos violentos.

Según los datos hechos públicos este martes por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y recopilados por el Sindicato de Enfermería, en 2021 se produjeron un total de 1.208 agresiones en centros sanitarios de Andalucía, de ellas 230 de carácter físico y 978 verbales, tales como amenaza e insultos.

En términos generales, se incrementa en un 16% las agresiones respecto al año 2020, en el que se registraron 1.042, destacando el crecimiento de la violencia de estos actos como demuestra que las agresiones físicas hayan crecido en un 30 por ciento, con 230 casos en 2021 frente a los 176 de 2020.

Satse ha destacado en un comunicado que las principales pretenciones que derivan en estas agresiones tienen que ver con la demanda de atención no satisfecha (atención sin cita, tratamiento distinto al prescrito, entre otros), con 33,53% de los casos, o por desacuerdo con el trato o conducta en el acto profesional, un 22,52% de las agresiones y también un 18,87% que no tienen causas aparentes.

Además, por categorías destaca también que el 78% de las agresiones tienen como víctimas al personal sanitario y de ellos se desglosa que el 44% es a las categorías que el SAS engloba bajo la antigua denominación de "licenciados sanitarios", que incluye a los enfermeros, que son los profesionales que más sufren los actos violentos, "muy por encima" de los médicos (25%) o las auxiliares de enfermería (28%).

La organización sindical ha insistido en que la agresión en ningún caso es la solución, apelando para que se mantenga, en todo momento, "una relación de respeto y confianza entre profesionales, pacientes y familiares", y ha subrayado que los actos violentos cometidos contra los sanitarios que se hallen en el ejercicio de las funciones propias de su cargo, o con ocasión de ellas, son considerados delitos de atentado, pudiendo llegar a implicar penas de prisión de uno a cuatro años y multas.

Satse ha apuntad que los problemas y carencias que pueden llegar a sufrir pacientes y familiares no son responsabilidad del profesional, que en "muchas ocasiones" es la "primera víctima de las deficiencias" y que hace "todo lo posible" para que no se vea afectada la calidad de la atención sanitaria a pesar de los "duros meses" que llevan sufriendo por la pandemia en unas condiciones de trabajo "muy adversas".

MEDIDAS

El sindicato ha propuesto, entre otras medidas de carácter estructural, el generalizar los sistemas de videovigilancia durante las 24 horas en los pasillos y en las salas de espera y de admisión de los centros sanitarios, así como los dispositivos sonoros de alarma en las consultas, y que la iluminación sea óptima en cualquier estancia del centro.

Entre las iniciativas de carácter activo, la organización ha señalado la inclusión en la historia clínica del ciudadano que se haya visto involucrado en un acto de violencia contra los profesionales sanitarios y, entre las de carácter organizativo, reducir los tiempos de espera, garantizar una ratio adecuada y segura de pacientes por enfermero e implantar un sistema de organización debidamente protocolizado para pacientes y familiares.

Satse ha puesto de relieve que ya antes del inicio de la pandemia trasladó al Gobierno y a la Junta de Andalucía una propuesta de Ley con éstas y otras medidas concretas --más de medio centenar-- para acabar con un "grave" problema que sufren ocho de cada diez enfermeros a lo largo de su trayectoria profesional.

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