Acusado del crimen del Pumarejo niega los hechos y atribuye la agresión a un ciudadano extranjero

Varios testigos identifican al imputado como la persona que cometió el asesinato en la plaza del Pumarejo

Europa Press Andalucía
Actualizado: lunes, 22 marzo 2010 16:23
SEVILLA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

Juan Luis G.G., el acusado de acabar con la vida de un varón de 44 años --José V.M.-- en la plaza del Pumarejo de Sevilla clavándole un destornillador a modo de arma blanca, negó hoy los hechos durante la celebración del juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial y aseguró que fue un ciudadano extranjero el que agredió a la víctima.

En este sentido, el juicio --fijado para hoy y mañana martes--, cuyo inicio estaba previsto para las 10,00 horas, se retrasó hasta las 10,45 horas debido a que uno de los diez componentes del jurado constituido el pasado viernes dio a conocer que es vecino del Pumarejo y conoce al acusado, por lo que se optó por sustituirle por uno de los dos suplentes.

El primero en declarar fue el acusado, quien, tras poner de manifiesto que conocía a la víctima desde que ambos eran niños y que "no habían tenido problemas nunca", reconoció que la noche de los hechos, el 23 de diciembre de 2008, se encontraba en la plaza del Pumarejo con un par de personas cuando vio aparecer a José "con una persona que yo no conocía".

De esta forma, negó los hechos que se le imputan --"¿cómo iba yo a hacerle eso a un amigo mío desde pequeño?"-- así como que esa noche portara un destornillador, y precisó que la noche de autos escuchó cómo la víctima discutía con un extranjero "por cosas de droga". "La discusión comenzó de palabra y terminó en pelea", indicó.

Tras precisar que constató "por el acento" que la persona que acompañaba a José era extranjera, el encartado aseguró que, cuando vio la pelea y observó que el presunto agresor "llevaba algo" en la mano, "se metió por medio", cogiendo el destornillador del suelo y entregándoselo a los agentes policiales que llegaron al lugar de los hechos, e incluso "ayudó a meter a la víctima en la ambulancia".

"EN SUS CABALES"

De igual modo, aseveró que la noche del crimen "estaba en sus cabales" y no había consumido sustancias estupefacientes, a pesar de que ha consumido droga durante 32 años de su vida, y señaló que, actualmente, está siendo sometido a tratamiento psiquiátrico y recibiendo medicación.

Por otro lado, dos testigos --una pareja que el día de los hechos pasaba por el lugar-- identificaron "sin ningún género de duda" al acusado como la persona que esa noche acabó con la vida de José, que "únicamente se limitaba a retroceder y a intentar esquivar los golpes" del encartado, del que destacaron "su cara de odio y de querer hacer daño".

En esta línea, uno de los dos testigos relató que esa noche iba junto a su pareja por la calle San Luis y, al llegar a la plaza, observó una discusión "fuerte" entre dos hombres "por un tema de unos perros", y precisó que la víctima intentaba defenderse mientras el imputado "le daba patadas", aunque "no pudo defenderse en ningún momento, porque la violencia era tremenda".

"La víctima, más corpulenta, iba hacia atrás y en posición muy defensiva", según prosiguió el testigo, quien añadió que su intención en este momento fue mediar, pero el presunto agresor sacó entonces un destornillador "y lanzó una puñalada con la intención de dar". "Yo ahí me asusté, porque no era una discusión, sino que le había lanzado una puñalada", agregó.

"CAÍDA A PLOMO" AL SUELO DE LA VÍCTIMA

Así, y tras asegurar que en la pelea no intervino una tercera persona, dijo que la discusión prosiguió y el acusado "siguió dándole patadas, una de ellas en los genitales", tras lo que aprovechó "para darle una puñalada en el cuello a José, que cayó a plomo en el suelo", por lo que en ese momento llamó "directamente" a la Policía y no al 061, ya que José "había muerto en el acto".

Añadió que, cuando cayó al suelo, el encartado "le pateó el estómago, le pisó el cuello y le dio patadas en la cabeza", hasta que una persona que pasaba allí consiguió apaciguarlo. Posteriormente, el acusado se dirigió a la calle San Luis, por lo que procedió a seguirlo, "pues no podía permitir que se fuera de rositas", siendo detenido el acusado por una patrulla policial.

La otra testigo, por su parte, ratificó lo dicho previamente por su pareja sentimental, aunque señaló además que, tras darle una puñalada, el imputado "comenzó a saltar sobre la cabeza" de la víctima, todo ello mientras su cara expresaba "odio y ganas de hacer daño".

Por estos hechos, el Ministerio Público solicita para el acusado 20 años de prisión y el pago de una indemnización de 100.000 euros por un presunto delito de asesinato, mientras que la defensa pide 18 años por el mismo delito y la defensa la libre absolución.

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