Amigo Vallejo se despide de la Archidiócesis con "afecto agradecido" y enorme "gratitud"

Actualizado: viernes, 13 noviembre 2009 22:50

SEVILLA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla hasta su reciente relevo por parte de Juan José Asenjo, se despidió hoy de la Archidiócesis sevillana con una homilía en la que destacó a esta archidiócesis como "la comunidad de los hijos e hijas de Dios en la que florecen santos y santas", rememorando las grandes figuras eclesiásticas de Sevilla.

Durante su última alocución en la ciudad hispalense, Amigo Vallejo rememoró la figura de San Leandro, arzobispo de Sevilla, y su papel en el tercer concilio de Toledo (589), porque en su homilía de clausura, "el prelado hispalense quiso poner de relieve la santidad de la Iglesia" con las palabras "regocíjate y alégrate, Iglesia de Dios. Gózate y ponte en pie, cuerpo único de Cristo; vístete de fortaleza y salta de júbilo".

En ese sentido, ensalzó que la Archidiócesis de Sevilla fue "la viña santa que iluminó la sabiduría de Isidoro, modelo inequívoco para todos los pastores por el ejemplo de su vida, la luz de su doctrina, la dedicación plena al servicio de la diócesis", en alusión a San Isidoro de Sevilla. También mencionó al cardenal arzobispo de Sevilla Marcelo Spínola, a quien describió como "guía admirable, amigo de los pobres, amor encendido al corazón de Cristo".

Así, aludió a esta archidiócesis como "la comunidad de los hijos e hijas de Dios en la que florecen santos y santas, como Santa Florentina, que desde su convento de Écija irradia la luz de la vida contemplativa y virginal. Santa Ángela de la Cruz, con ardiente amor a los pobres, siendo ejemplo de humildad y de alegría o San Francisco Díaz, nacido en Écija y martirizado en China".

También tuvo palabra para San Juan Grande, "hijo de Carmona y hermano de los hermanos más enfermos y menesterosos. San Diego de San Nicolás del Puerto, que hizo de la humildad el mejor testimonio de su seguimiento a Cristo. Victoria Díaz, la maestra de la collación de san Bartolomé. De Antonio Martínez, el joven de Montellano. De Bienvenido de Dos Hermanas y Angel Ramos de Sevilla... Todos ellos ya glorificados".

Además, aludió a la consagración de Bárbara de Santo Domingo, hija del campanero de la Giralda y recordó que ya se ha iniciado la canonización de Dolores Márquez y Celia Méndez, fundadores de congregaciones religiosas, y de Cristina de Arteaga y de Madre María de la Purísima, porque "todos ellos son signos ejemplares de una vida escondida con Cristo en Dios".

"Esta es la Iglesia que vive la actualidad sin nostalgia del pasado, pero recogiendo el caudal de vida y doctrina que se nos ha dejado. Sin miedo al futuro, pero con la responsable esperanza de buscar sinceramente el rostro de Cristo", dijo el cardenal Amigo Vallejo, pues "esta es la Iglesia de Sevilla, a la que tenido el honor y la gracia de poder servir durante algunos, bastantes años, y que lo seguiré haciendo desde la oración y el afecto agradecido".

Por eso, mostró su gratitud "a cuantos me ayudaron directamente en el gobierno de esta querida archidiócesis. De una manera particular mi felicitación y reconocimiento 'corde et ore' al señor Arzobispo por su inagotable bondad y a los sacerdotes, a la vida consagrada, a los fieles laicos".