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SEVILLA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Diocesana de Andalucía promovió el pasado año 2014 la inserción en el mercado laboral de 1.361 personas, el 25 por ciento del total de 5.522 personas que participaron en los programas de empleo de la organización, con un perfil según el cual el solicitante promedio era mujer (62%), joven --un 33 por ciento estaba en la franja entre 25 y 35 años--, de nacionalidad española (80%) y con un nivel de estudios básico (53%).
Precisamente, el "muy bajo" nivel de formación de los peticionarios es uno de los aspectos sobre los cuales el presidente de Cáritas Andalucía, Anselmo Ruiz, ha puesto el foco en rueda de prensa, apelando también a abandonar "entre todos" la "cultura de la ayuda" en la que la comunidad autónoma se encuentra "instalada".
Con la premisa del trabajo como mejor antídoto contra la exclusión social, Ruiz y el coordinador del equipo de Prioridad Regional e Inserción Sociolaboral, Alberto Mateos, han recordado los datos de la Encuesta Foessa de 2013 según la cual un 22,1 por ciento de los hogares andaluces --unos 690.000, con 2,1 millones de personas, la mitad de ellas en tesitura de pobreza severa-- se encuentran en situación de exclusión. Por otra parte, casi la mitad de la población andaluza, el 47 por ciento, sufre exclusión a causa del desempleo.
Los sectores más castigados por el paro son los jóvenes y las personas mayores de 45 años. Incluso existen situaciones en las cuales para los afectados resulta "desfavorable" aceptar un trabajo, en la medida en que éste es temporal y luego imposibilita la petición de subsidios hasta varios meses después.
Ello ha servido al presidente de Cáritas Andalucía para reclamar de la administración "flexibilidad" para que la gente "pueda trabajar sin cortapisas ni miedos". También se solicita de las instituciones planes para la educación y formación juvenil, el impulso de Planes de Desarrollo Local orientados al empleo, el fomento de fórmulas como el autoempleo y la economía social y consolidar la inclusión de cláusulas sociales en la contratación pública.
Con todo, Ruiz ha señalado que la actuación ante esta "dramática" situación no depende únicamente de los políticos y sí de "nosotros mismos", pues las personas con empleados del hogar a su cargo --principal nicho de trabajo en el que se encuadran las inserciones laborales promovidas por la organización el pasado año-- deben proporcionarles condiciones y salario "dignos y decentes", mientras que también se puede aportar económicamente y mediante el voluntariado.
Con respecto a las empresas, con las que Cáritas asegura tener una relación "abundante y positiva", se insiste en la necesidad de priorizar el empleo "digno", el cumplimiento de la ley y la oferta de prácticas formativas no laborales.
BAJADA SIGNIFICATIVA DE LOS FONDOS AUTONÓMICOS
Por otro lado, Cáritas, que atiende a 620.000 personas en Andalucía, invirtió en 2014 hasta 4,6 millones en sus acciones de empleo y economía social, fondos que provienen de Europa (61%), Estado (28%, a través del IRPF), Junta (7%) y administraciones locales (4%). Cabe resaltar la bajada de la consignación de la administración andaluza, pues en 2011 derivó 1.080.000 euros, montó que desciende en 2014 hasta los 219.000 euros.
Ruiz ve "un hecho" que algunos indicadores socioeconómicos comienzan a mejorar, si bien "hay gente que no va a llegar" en un ámbito global que precisa de altas cotas de formación. Así, el perfil de principal afectado por la crisis es el del joven que ha vivido "con normalidad", dedicado al sector de la construcción y que con la burbuja inmobiliaria se vio abocado al desempleo. "Se ve esta situación en las parejas donde vienen los dos, pues normalmente solo viene la mujer", aduce. También se incluye el de la persona de más de 45 años que no puede encontrar trabajo.
Por todo ello, y tras una etapa en la que la sociedad ha mostrado su solidaridad --las aportaciones han crecido un 60 por ciento desde 2007, pasando Cáritas de manejar un presupuesto de 22 a otro de 36 millones--, el presidente del colectivo alude a la conveniencia de apostar por lo que se tiene y por fórmulas como el autoempleo o la economía social, a las que la asociación prestará especial atención en el futuro. Asimismo, recalca la importancia de "quitar la cultura de la ayuda social".
