Los chabolistas de Tablada alegan la unidad familiar como motivo del rechazo al traslado de los menores

Insisten en reclamar viviendas prefabricadas y exponen sus "necesidades" al Defensor del Pueblo Andaluz

Europa Press Andalucía
Actualizado: lunes, 22 junio 2009 17:16

SEVILLA, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los habitantes del asentamiento chabolista instalado entre el puente de la Juan Carlos I y el puente de hierro que conecta San Juan de Aznalfarache con Sevilla, poblado creado por unas 40 familias del Polígono Sur exiliadas tras el tiroteo en el que murió un menor de 17 años víctima de una bala perdida, se ampararon en la unidad de los núcleos familiares a la hora de justificar su rechazo a la oferta de traslado formulada por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social para los bebés y las madres que no alcancen la mayoría de edad, una reubicación que "no nos conviene, no la queremos".

Una de las portavoces del colectivo, Aurora, dijo a Europa Press que, efectivamente, los habitantes del poblado han rechazado una oferta de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social para traslar a un centro del sistema de protección de la Administración autonómica a los bebés, los niños y las madres que aún sean menores de edad. "Eso no nos conviene, no lo queremos", dijo preguntando retóricamente "quién dejaría a los suyos", en alusión a la separación de las familias que habitan este poblado.

"Queremos a nuestros hijos todos con nosotros", advirtió esta mujer señalando que el colectivo de chabolistas no aceptará que los menores se separen de sus familias pese a que la consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micalea Navarro, haya asegurado que este traslado no supondría "ningún tipo de medida cautelar" correspondiente a la retirada de la tutela sobre estos menores.

Así las cosas, explicó que buena parte de los habitantes del poblado se han personado hoy en la sede del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, y cuatro de los líderes del colectivo se han reunido con dos adjuntos y uno de los asesores de este departamento, a quienes los miembros del campamento han expuestos "todas las necesidades" que padecen, porque "no tenemos agua corriente ni electrcidad" o cualquier otro tipo de servicio básico que atenúe las altas temperaturas que sufren estas personas hacinadas en el asentamiento.

"Al menos que nos den unas caracolas", reclamó nuevamente Aurora señalando que el colectivo pide "un techo" al haber sido exiliadas del Polígono Sur, territorio ahora vetado para ellos merced a un pacto alcanzado con la familia del menor fallecido--, y haber precintado la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio los pisos que habitaban en las Tres Mil Viviendas al no ser esclarecido su régimen de ocupación.

"Que nos den un techo", insistió recordando las precarias condiciones de vida de este colectivo que, según lo acordado entre los clanes en liza, debe permanecer al menos hasta el mes de septiembre en estos suelos cercanos a la dehesa de Tablada a la espera de una solución, toda vez que la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio debe resolver el destino de los pisos que habitaban en el Polígono Sur y cuya titularidad sólo podrían probar unas tres familias.

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