Charo Fernández-Cotta viaja a Nueva York para abordar en 'Un nombre distinto' la búsqueda de la identidad

Actualizado: lunes, 31 mayo 2010 19:24

La consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, presenta mañana la obra ganadora del II Premio Guadalquivir de Narrativa

SEVILLA, 31 May. (EUROPA PRESS) -

La escritora y periodista Charo Fernández-Cotta aborda en su novela 'Un nombre distinto', ganadora de la II Premio Guadalquivir de Narrativa para Autores Noveles, la búsqueda de la identidad en los seres humanos trasladando al lector a la isla de Manhattan en Nueva York.

En una entrevista concedida a Europa Press, la periodista granadina confesó que quería escribir una novela sobre la identidad, en este caso, apareció una historia en la que los personajes están desvinculados de sus orígenes y que en el ambiente de una gran ciudad, éstos se preguntarán quiénes son tras desprenderse de sus raíces, familias, pueblos y países.

Asimismo, apuntó que la idea de la novela surgió tras leer en un periódico que la editora del diario Clarín había sido denunciada por presunta adopción ilegal de hijos de desaparecidos secuestrados durante 'los años de plomo' en Argentina. "De pronto uno de los personajes que se buscan a sí mismo se convierte en una chica argentina que no es quien ella cree que es, resultando ser el hilo conductor de la historia", dijo.

En este sentido, apuntó que una de las reflexiones que recoge la obra es que "cada vida de una persona merece la pena por sí misma, aparte de la realidad que le rodee, pues muchas veces nos vemos condicionado por una realidad que no debería determinar tanto nuestro pensamiento". En este caso, puso como ejemplo el hecho de que Andalucía sea una región en la que los ciudadanos se muestren tan apegados a sus raíces, pero si se desprenden del mundo personal y pasado de cada, la persona sigue siendo la misma al margen del entorno que le ha tocado vivir.

Así, explicó que en el caso de la chica argentina, a quienes los amigos le ayudan en la búsqueda de su identidad, averigua que todo en lo que ha crecida resulta ser una mentira. En este contexto, según Cotta, "la primera reacción de una persona es la negación y luego la búsqueda y reafirmación de si mismo al margen de lo conocido". El hecho de aceptar haber vivido en una mentira y aceptarlo es "un viaje difícil de emprender, aún así el adoptar un nombre distinto no implica un cambio de persona", precisó.

Aunque indicó que la presencia de una tenaz periodista no se debe a una consecuencia de su profesión, pues también aparecen un médico, abogado, un pianista o un pintor, si bien el hecho de que la periodista sin querer y en un exceso de celo haga daño a terceros, suscita "una reflexión sobre los límites de la profesión", apuntó.

Si bien es una novela de intriga y acción que "no intenta ser una novela sesuda y no busca hacer una radiografía del Manhattan hispano, si se refleja la marginación de la sociedad hispana, pero de manera tangencial", afirmó.

TESTIGOS

Fernández Cotta, que mañana presenta la obra en Sevilla junto con la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, señaló que, a veces, las cosas ocurren "sin saber su razón". Así, en es esta novela, ella había situado la historia en Nueva York y cuando los personajes tomaron vida y personalidad, uno de ellos fue a convertirse en una chica argentina que está a la búsqueda de su personalidad y su verdadero pasado.

Reconoció que no se ha documentado a fondo sobre la cuestión del robo de niños en 'los años del plomo', si bien la novela ha contado con el apoyo y entusiasmo de Carla Artés, una víctima de secuestro capturada, junto a su madre, en 1976. Las Abuelas de Plaza de Mayo la localizaron en 1983 en poder de un represor, miembro de la Triple A, quien se encontraba prófugo. Abuela y nieta, que mañana estará en la presentación de la obra en Sevilla, residen en España gracias a la ayuda de los periodistas Vicente Romero y Martín Prieto, quienes facilitaron su huida tras la puesta en libertad de su secuestrador.

Ambas han aplaudido la novela de la periodista sevillana, que por primera vez sitúa el drama del robo de niños en el contexto norteamericano. Se sabe los afines a la dictadura que huyeron hacia multitud de países con su botín de guerra, en este caso los hijos de los desaparecidos. Según Fernández-Cotta, ambas se han sentido identificadas.