SEVILLA, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Después de que la finca de la calle San Luis que antaño albergaba la sala teatral 'Endanza', en el sector norte del casco histórico de Sevilla, fuese ocupada el pasado mes de febrero por un grupo de activistas, ha nacido una página web que reclama el "desalojo" de este espacio cuya titularidad recae en la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el conocido como 'banco malo'.
El origen de la propiedad del edificio, según el colectivo ciudadano que ha ocupado la parcela, se remontaría al Marqués de la Motilla, toda vez que posteriormente fue adquirido por una inmobiliaria quebrada hace siete años, lo que finalmente motivó su adscripción a la Caja de Extremadura y, finalmente, su absorción a manos de la 'Sareb'. El colectivo alega que tras quedar "abandonada", es necesario tomar las riendas de dicha finca para ponerla al servicio de la sociedad.
El programa de actividades del nuevo centro social 'autogestionado' de Sevilla, cómicamente titulado 'Sareb y ganar' e ilustrado con un montaje del veterano presentador de televisión Jordi Hurtado caricaturizado al estilo del Ché, arrancó con una jornada 'anarcofeminista' de poesía, teatro y debates.
Ahora, media en el conflicto la creación de una página web con un mensaje muy claro y directo: "Desalojo del centro social ocupado y autogestionado (CSOA) Endanza, ya". El creador de esta página web señala aspectos como el origen del suministro de agua y electricidad de este espacio, temiendo que derive de acometidas ilegales y avisando además de "fiestas ilegales" y molestias derivadas de los "ruidos".
"Hoy por hoy, el CSOA Endanza lo único que nos provoca es dolor de cabeza y malestar", señala el contenido de esta página web consultada por Europa Press. La página, además, defiende máximas como la de que "los ocupas son amantes de la música alta a cualquier hora, fiestas multitudinarias y falta de respeto al descanso de los vecinos". "Sus manifiestos sociales y culturales son un pretexto para ocultar sus intenciones antisistema e imponer sus actividades ilegales", toda vez que "nadie quiere comprar una vivienda cercana a un centro ocupa, lo cual devalúa la vivienda y la zona".
