SEVILLA, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
Ecologistas en Acción ha manifestado que la llegada a la capital hispalense del crucero de lujo 'Azamara Journey' el pasado 22 de agosto ha demostrado que el dragado de profundización del actual canal de navegación del Guadalquivir "no es imprescindible" para permitir el paso de estos buques por la ciudad.
Según ha señalado Ecologistas en un comunicado, el paso de estas embarcaciones y el beneficio económico que pueden reportar a la ciudad es "uno de los principales argumentos utilizados por el Puerto de Sevilla y por otros sectores para justificar la necesidad de profundizar el actual canal de navegación del Guadalquivir, pasándolo de 6,5 metros a ocho metros".
No obstante, desde la asociación ecologista aseguran que la llegada del 'Azamara Journey' y la previsión de que llegue otro crucero de similares características en octubre hace que queden "invalidados" estos argumentos para defender un dragado que, para los ecologistas, es "a todas luces inviable desde el punto de vista medioambiental".
Así, consideran que el Puerto de Sevilla "se debería especializar en captar turismo de lujo, con un tripulante por cada dos pasajeros, olvidándose del de cruceros masivos y económicos que no se adaptan a las características de navegación por un río de la importancia del Guadalquivir".
En este sentido, defienden que las mayores embarcaciones pueden dirigirse a los puertos marítimos de otras provincias andaluzas. Así, desde Ecologistas han apuntado que Sevilla podría "renunciar al dragado de profundización para dejar que los puertos marítimos sean los que reciban los barcos de gran tonelaje", máxime cuando la ampliación del dragado "tendría fuerte repercusiones en otros sectores andaluces como la pesca, la agricultura o el turismo".
Asimismo, desde la asociación han defendido la necesidad de "implementar todo el conjunto de medidas de restauración del gran río de Andalucía", entre las que cita el aumento y la mejora de los caudales de agua dulce que hasta ahora aporta el río al estuario, recuperar llanuras mareales, reconectar los brazos del río con su cauce principal, actuar en toda la cuenca para disminuir los sedimentos, los pesticidas y los vertidos sin depurar que llegan al río.
"Y, sobre todo, una gestión integral del río y el estuario, que contemple como una unidad los usos que sobre él se plantean y coordine las actuaciones de las distintas administraciones con competencias e incidencias en el Guadalquivir", ha concluido.
