SEVILLA, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
El estudio de arquitectos Honorio Aguilar, radicado en Cantillana (Sevilla), abrirá en los próximos días una sede en Madrid, una oficina que se convertirá en el tercer espacio físico del estudio, tras la primera, en Cantillana, que lleva funcionando cerca de 25 años, y la de Sevilla.
Según ha explicado el estudio en un comunicado, las nuevas instalaciones, que se localizan en la calle de la Cabeza número 44, a tan sólo unos minutos de la estación de Atocha, tendrán como objetivo promover la rehabilitación de viviendas en régimen de autoconstrucción, una fórmula que "están desarrollando con éxito en Andalucía y que minimiza los costes a los compradores". La recuperación de la crisis es otra de las claves de la apertura de la oficina en la capital española.
Como ha comentado Honorio Aguilar, algunos de sus clientes son empresarios sevillanos que viajan mucho a Madrid por motivos de trabajo, y quieren aprovechar hacer una inversión en un inmueble que utilizarán con cierta frecuencia. En otros casos se trata de familias o de particulares que quieren invertir y lo ven como una opción idónea.
VENTAJAS FISCALES
El equipo de arquitectos está estudiando realizar una promoción en el centro madrileño y otra en el cinturón metropolitano, a la vez que baraja distintas opciones más tanto en el centro como en poblaciones colindantes.
Por ello, Aguilar ha aseverado que "se quiere incentivar al inversor andaluz a comprar en Madrid porque puede ser muy rentable por las ventajas fiscales que conlleva. Una de ellas es que si adquieren un inmueble para activo circulante y están dados de alta en esta actividad, el impuesto de transmisiones en el periodo de cinco años pasa del ocho por ciento al dos por ciento, por lo que el ahorro y la rentabilidad son importantes", ha informado el director del estudio.
Honorio Aguilar ha recordado que "las viviendas en autopromoción tienen un coste medio de 4.000 euros el metro cuadrado en una zona con potencial, por lo que un apartamento de 50 metros cuadrados tendrá un coste de 200.000 euros para el inversor o comprador final", de ahí que considere que el trabajo en Madrid va a suponer "un incremento considerable" para su despacho.
