SEVILLA 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid, Javier Urra, que ha publicado recientemente la guía 'Fortalece a tu hijo' (Planeta), afirmó hoy que hay que apostar cambiar la educación de los niños "alejándola de las conductas de sobreprotección iniciadas por los padres, quienes tienen miedo a ejercer autoridad o dañar a los niños, como así demuestran las abarrotadas consultas de pediatrías".
En una entrevista concedida a Europa Press, el escritor, que visitó hoy Sevilla para promocionar la obra, indicó que "hay que fortalecer físicamente y emocionalmente a los niños, que es lo opuesto a ser duro emocionalmente, ya que esto es ser psicopático, mientras fortalecerse es ser más elástico". En este sentido, dijo que el ser humano es "muy vulnerable, pero hay que decírselo a los niños, pues aún así tenemos la capacidad de rehacernos".
El libro, según explicó, partió de un estudio en el que ha contado con 179 profesionales de la medicina, la psicología o la enfermería que han tratado con víctimas y con 185 personas afectadas por un atentado o por una enfermedad a los que se ha realizado un cuestionario con el objetivo de dar a conocer a los padres los "factores protectores para sobreponerse a las adversidades".
A través de estos testimonios, Urra intenta sentar las bases para incrementar las fortalezas personales del menor al que hay que hacer convivir con la incertidumbre transmitirle la idea de que "las lágrimas consuelan al alma" para que pueda conseguir sus metas, enseñándole a asumir los fracasos. Pretende intentar suprimir la idea de formar a niños muy duros y frágiles como un "cristal".
Entre las conclusiones extraídas, Urra indicó que hay que saber "cómo educar a los niños para que se ocupen en lugar de preocuparse, ofrecer un pensamiento alternativo o cómo enseñar a despedirse". En este sentido, apostó por preparar al niño para los problemas, para pedir perdón y perdonarse a sí mismo, para tener memoria y no olvidar, entre otros aspectos.
El psicólogo señaló que ante los cambios que se están produciendo en la sociedad, hay unos valores que hay que mantener como "la palabra dada, la lealtad o lo bien hecho", esto es, "fortalecer a tu hijo es educarlo de otra manera para que sea más feliz, pero siempre desde el respeto".
"ANTES DE NACER"
Por otro lado, Urra aseguró que al niño hay que educarlo "desde antes de nacer, pues no es lo mismo en que nace de una madre que duda de su nacimiento y que piensa en abortar, que aquella que desea y prepara su llegada". En este sentido, indicó que el niño requiere, ante todo, "seguridad y amor", por ello explicó que "en las separaciones lo importante es mantener la estabilidad y los límites espaciales y personales".
Asimismo, el libro busca hacer de éstos "seres elásticos que tras chocar vuelvan a levantarse". En este sentido, confesó que el libro, fruto de su experiencia profesional y de su obsesión por observar, le ha permitido ver que se vive en "una sociedad frágil, ficticia, que cree que ser joven y rico, construida al gusto de las personas, así como la existencia de adultos inmaduros e incapaces de anticipar las consecuencias de sus actos".
"OPTIMISMO FRENTE A LA CRISIS"
Por otro lado y abordando la crisis actual, señaló que "la crisis tiene aspectos positivos como la austeridad y la elección por lo esencial". Además, aseguró que en estas situaciones "el optimismo es una obligación ética y el pesimismo hay que dejarlo para situaciones peores, pues si te deprimes tendrás más problemas, el objetivo y el personal".
Con respecto a la igualdad en la sociedad, lamentó que ésta "falla", pues "en gran porcentaje el varón ha entendido que hay mujeres que usan una legislación que va en su favor de manera perversa, concluyendo que hay que terminar con ella y pegarle un corte de manga a la sociedad y a ella, para finalmente suicidarse".
Por último, Urra, que consideró el libro "necesario", ofreció algunos consejos para los padres con respecto a la educación de sus hijos como son "querer y decir te quiero, tiempo, disfrutar de los hijos, no emitir mensajes negativos sobre la paternidad, el contacto con la naturaleza, la práctica deportiva, humor, relativizar los problemas, el sentido de la trascendencia, y el respeto intergeneracional, ya que una sociedad que desprecia a los abuelos corre muchos riesgos".