El museo de Valencina (Sevilla) muestra el asta de uro descubierta en el sector norte del yacimiento calcolítico

Juan Manuel Vargas ya la edil de Patrimonio muestran el cráneo de uro
Juan Manuel Vargas ya la edil de Patrimonio muestran el cráneo de uro - EUROMEDIA
Publicado: jueves, 26 noviembre 2020 17:39

VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN (SEVILLA), 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

El museo de Valencina de la Concepción ha mostrado por primera vez el asta de uro descubierta en el sector norte del yacimiento que albergan su término municipal y del Castilleja de Guzmán, fruto del asentamiento humano que acogía dicho entorno de la provincia de Sevilla durante la Edad del Cobre, según informa el Ayuntamiento.

La pieza ha sido detallada por el director del Museo de Valencina y arqueólogo municipal, Juan Manuel Vargas, y la concejala delegada de Patrimonio, Sonia Arellano, detallando que corresponde al asta de un uro, bóvido ya extinguido y considerado antecesor del actual toro bravo. "La disposición de este cráneo de uro en el momento de su hallazgo hace pensar en una posible ofrenda ritual y su datación cronológica podría situarse en torno al año 2.500" antes de la era actual, ha recordado Juan Manuel Vargas.

El hallazgo se encuadra en el proyecto de investigación bautizado como Valencina-Nord, promovido desde 2014 por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Würzburg (Alemania) y el Museo de Valencina, para profundizar en el conocimiento de lo que habría sido el "poblado" de este asentamiento calcolítico, caracterizado principalmente por sus diversos monumentos funerarios y sus múltiples tumbas, objeto de no pocas actuaciones en los últimos años.

LA INVESTIGACIÓN

El proyecto, cuya dirección ostenta desde 2016 el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, contempla así "prospecciones en extensión de carácter sistemático y excavaciones puntuales", complementadas con "prospecciones superficiales; recogidas de material de superficie", estudios geomagnéticos y perforaciones manuales, según han precisado a Europa Press desde el equipo que encabezan Thomas X. Schuhmacher, del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid; Alfredo Mederos de la Universidad Autónoma de Madrid y Charles Bashore, de la Universidad de Granada.

Todo ello, para "estudiar y reconstruir los aspectos temporales, espaciales, económicos e ideológicos" de lo que habría sido el poblado ligado a la extensa necrópolis identificada con relación al citado asentamiento de la Edad del Cobre.

EL HALLAZGO DE LOS "FOSOS"

Gracias a las prospecciones geomagnéticas efectuadas hasta ahora sobre unas 19 hectáreas de la parte norte del yacimiento, según estos investigadores, ha sido posible identificar nueve "fosos" o zanjas excavadas con una finalidad defensiva, simbólica o quizá como parte de un complejo sistema de drenaje de agua, así como unos 200 hoyos tan sólo en la parcela municipal del Cerro de la Cabeza, atribuidos allí a "dos potenciales áreas habitacionales" del antiguo asentamiento calcolítico.

Fruto de la investigación, según Thomas X. Schuhmacher y Alfredo Mederos, se deduce que desde finales del cuarto milenio antes de la era actual y durante el tercer milenio, "se sucedieron seis recintos y diferentes áreas habitacionales" en dicho asentamiento prehistórico, como consecuencia de la evolución del mismo.

Para verificar y profundizar en los resultados de las prospecciones geofísicas, la citada investigación ha incluido excavaciones arqueológicas en la parcela municipal del Cerro de la Cabeza en 2017, 2018 y 2019, centrando la primera de tales campañas en "dos círculos formados por una serie de grandes hoyos" tras su detección previa mediante los estudios geomagnéticos, al objeto de "determinar su naturaleza y función".

La campaña de excavaciones del año 2018, según rememoran estos investigadores, estaba destinada a profundizar en el conocimiento de estos "grandes hoyos", contexto en el que fue descubierta "una estructura excavada en el subsuelo, que ya en superficie mostraba un alto contenido de huesos de animales".

EL "CRÁNEO DE URO"

El trabajo de campo acometido en torno a esta estructura, según desgranan Thomas X. Schuhmacher, Alfredo Mederos y Charles Bashore, supuso el hallazgo de un "cráneo de uro salvaje", un bóvido que habitaba Europa Occidental hasta su extinción en 1627. El cráneo fue descubierto "entero", a excepción de uno de sus cuernos, "colocado boca abajo sobre una vajilla cerámica fragmentada del Calcolítico, junto con una azuela de piedra y una pata de un ovicáprido juvenil".

El citado cráneo fue "extraído en bloque" con la tierra con la que estaba compactadado, dado su "frágil estado", de cara a su estudio en el laboratorio. Igualmente, una muestra del cráneo de uro será sometida a un estudio genético para avanzar en el conocimiento de "la evolución de esta especie y el proceso de domesticación del ganado bovino en la Península Ibérica".

Y dado el hallazgo de este "cráneo de uro casi completo" junto a "piezas de animales en conexión anatómica", en una "cuidada disposición sobre un lecho de fragmentos cerámicos y junto con una azuela de piedra", los investigadores tienen la certeza de que "se trata de un depósito intencionado, probablemente una ofrenda ritual".