Resuelta la restauración de los últimos sectores de las pinturas renacentistas de los Baños de María Padilla

Actualizado: sábado, 2 mayo 2009 18:10

SEVILLA, 2 May. (EUROPA PRESS) -

El Patronato de los Reales Alcázares de Sevilla tiene ya "en cartera" la contratación de los trabajos correspondientes a la restauración de los sectores uno, dos y tres de las pinturas renacentistas que adornan los muros de los Baños de Doña María Padilla, donde actualmente se culmina la rehabilitación de los sectores ocho y nueve de estas obras pictóricas atribuidas a los artistas Juan Díaz, Juan de Saucedo, Juan Chacón y Gonzalo Pérez dentro del tratamiento humanista que sufrió este antiguo jardín islámico entre 1565 y 1579.

El alcaide de los Reales Alcázares, Antonio Rodríguez Galindo, explicó en una entrevista concedida a Europa Press que en estos momentos está "en marcha" la restauración de los sectores ocho y nueve de estas pinturas murales redescubiertas en 1997 durante la elaboración del Inventario de Revestimientos y Pinturas Murales del Real Alcázar, declarado Patrimonio de la Humanidad. Los murales, fragmentados en los arcos del criptopórtico almohade en sus galerías laterales y como zócalo en los paramentos del sector norte de este recinto enclavado bajo el Patio del Crucero, fueron realizados entre 1565 y 1579.

Si bien a comienzos de 2008 el contrato adjudicado a la compañía especializada 'Cres Arte' para la restauración de estas pinturas alcanzaba ya un grado de ejecución que afectaba a 24 de los 32 sectores de policromías, Rodríguez Galindo detalló que los restauradores concluyen actualmente la restauración de los sectores ocho y nueve y ya está "en cartera" la rehabilitación de los sectores uno, dos y tres al objeto de finalizar definitivamente la intervención.

JARDÍN OCULTO BAJO CONSTRUCCIONES BARROCAS

El conjunto pictórico, que decora un jardín almohade ajeno al recorrido turístico de los Reales Alcázares, se encuadra en una construcción que sufrió graves alteraciones a raíz del terremoto que en 1755 tuvo su epicentro en Lisboa (Portugal). El arquitecto Sebastián Van der Borch macizó la zona ajardinada hasta la altura de los andenes superiores, permaneciendo la estructura almohade y medieval soterrada bajo las construcciones barrocas.

El entorno arquitectónico está fuertemente condicionado por el microclima actual propio de una cripta, por lo que la conservación de sus elementos está sujeta a las vías de agua, el alto grado de humedad y la ausencia de luz y ventilación. Estos elementos adversos, de hecho, habían afectado a los muros, los enlucidos y a la superficie del conjunto en general, detectándose además filtraciones procedentes tanto del agua de lluvia como del riego de la zona ajardinada. La policromía, por tanto, presentaba depósitos superficiales de suciedad y tierra antes de que comenzaran los trabajos de restauración adjudicados a 'Cres Arte'.