SEVILLA, 2 May. (EUROPA PRESS) -
Los vecinos y artesanos de la zona del Pumarejo de Sevilla que el pasado 26 de abril entraron en la antigua fábrica de sombreros de la calle Heliotropo, en la zona de San Marcos, decidirán en una asamblea cuyo resultado darán a conocer la próxima semana si continúan con la ocupación, una vez finalizadas las actividades de lucha social programadas en el interior del recinto.
Así, según indicó a Europa Press el portavoz del Foro Social de Sevilla y participante activo, Federico Noriega, la 'ocupación' como tal "está acabada", después de que en la noche de ayer la celebración de un café-teatro pusiera punto final a la 'semana social' culminada el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo.
No obstante, la asamblea, que se celebrará en el mismo inmueble ocupado, decidirá, expuso Noriega, "aspectos tales como si se va a remitir un pliego al Ayuntamiento, si se van a solicitar reuniones con la Gerencia de Urbanismo y si todas estas reivindicaciones serán desde la 'ocupación' o finalizándola ya".
La medida, según Noriega, pretende llamar la atención sobre la necesidad de vivienda "digna", dado que "a pesar de que los suelos son para usos sociales los trámites de expropiación de esta parcela están paralizados desde 2006, y no se ha movido nada". Asimismo, rechazó la existencia de problemas de convivencia, al alegar que "con los vecinos nos llevamos estupendamente, de hecho muchos de ellos participan, porque lo que ellos quieren es que esto, en vez de un nido de ratas, albergue equipamientos para la zona".
Este inmueble está proyectado por el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Sevilla como equipamiento sociocultural y espacio para talleres de artesanos en su primer cuatrienio de aplicación. Entre la aprobación inicial y final del documento, la administración "ha recortado casi la totalidad del espacio dedicado a actividades artesanales, mostrando escaso interés en el mantenimiento de esta actividad tradicional y en la protección de cultura sevillana en general", según los convocantes.
A día de hoy, denuncian, se sigue sin intervenir el edificio o iniciar las acciones necesarias para llevar a cabo su expropiación, "mientras que los artesanos del casco antiguo continúan siendo desalojados por la presión especulativa e inmobiliaria y se sigue padeciendo la falta de espacios para los jóvenes".
