SEVILLA 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los departamentos de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Pittsburgh (Pennsylvania, EEUU), están trabajando actualmente en una línea de investigación que trata de conocer cuáles son las causas que están detrás del aumento, "a nivel mundial y desde el 2000", de infecciones extrahospitalarias como consecuencia de las resistencias antibacterianas que viene desarrollando el microorganismo 'Escherichia coli'.
El director de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas del hospital sevillano, el doctor Jesús Rodríguez Baño, explicó que esta bacteria, que está presente en la flora intestinal de animales y seres humanos, puede ser "ocasionalmente patógena" como consecuencia de un uso "masivo" de antibióticos tanto en animales como en las personas, "que hace que las bacterias se hagan más resistentes".
Con todo dicho experto precisó, en declaraciones a Europa Press, que "una de las principales hipótesis" en la que trabaja su grupo es que este aumento de la resistencia del Escherichia coli en personas que no se encuentran previamente en un ambiente hospitalario responda "a un mecanismo del propio medio ambiente", por lo que el uso de antibióticos "sería un factor que ayudaría a esta bacteria" en su lucha por hacerse más resistente, "aunque sería un factor posterior".
En concreto, Rodríguez Baño, quien quiso dejar claro en todo momento que se trata de un hipótesis dentro de las líneas de trabajo que actualmente tienen abiertas, sostuvo que desde su grupo de investigación "creemos que estos mecanismos de resistencia proceden de otras bacterias distintas --al Escherichia coli--, que viven en el agua y que probablemente tienen un mecanismo de resistencia a muchos antibióticos que es connatural en ellas".
"Cabe la posibilidad de que estas bacterias que se encuentran en el ambiente, que no son patógenas ni causan infección alguna al ser humano, hayan transmitido este mecanismo de resistencia a estas otras bacterias que, como el Escherichia coli, si pueden ser ocasionalmente patógenas", prosiguió este experto en su línea de hipótesis.
Añadió que, en un primer momento, esta transmisión de la resistencia "estaría produciéndose en los animales, de manera que estaríamos hablando de un mecanismo natural de resistencia que sería ayudado posteriormente por el uso de antibióticos".
Este investigador, quien aclaró que hasta el 2000 era "poco usual" que la bacteria Escherichia coli se hiciese resistente en humanos fuera de un ambiente nosocomial --de un entorno hospitalario--, señaló que existen varios estudios que platean la posibilidad de que estos otros microorganismos presentes en el ambiente "se pueden encontrar en animales que sirven luego de alimentación".
CAMBIO DE LA FLORA INTESTINAL ANIMAL
"Se plantea la posibilidad de que estemos ingiriendo con los alimentos alguna cepa de Escherichia coli que se ha vuelto resistente, ya que se sabe que los alimentos pueden tener una cantidad permisible de microorganismos", advirtió este especialista, quien, pese a todo, puntualizó que "no se trata de que el alimento no sea seguro, que lo es, sino que la flora intestinal de los propios animales ha cambiado o al menos eso pensamos".
Así, dijo a Europa Press que lo que su grupo de investigación está planteándose como hipótesis es que, "dentro de estos límites permitidos, no estemos ingiriendo los Escherichia coli de toda la vida, sino algunos que ya traen esos mecanismos de resistencia". Si bien por sí solos esos Escherichia coli "no son capaces de generar una infección porque la cantidad de bacterias que tiene el alimento es muy baja, si que podrían transmitir ese mecanismo de resistencia a las bacterias de nuestra propia flora", prosiguió.
"No se trata de que el alimento no sea seguro, que lo es, sino que la flora intestinal de los propios animales ha cambiado, por lo que estaríamos asistiendo a un fenómeno difícil de controlar", reconoció. En esta línea de investigación, afirmó, trabajan actualmente una decena de expertos del hospital sevillano, así como cuatro investigadores de la Universidad de Pittsburgh.
Precisamente, Rodríguez Baño publicó el pasado mes de diciembre en la revista 'Clinical infectious diseases: an official publication of the Infectious Diseases Society of America' un estudio relacionado con la materia. Además, confió en que para el próximo mes de septiembre, coincidiendo con el congreso americano de la especialidad, "podamos tener los primeros resultados preliminares de nuestra línea de estudio", concluyó.