Sucesos.- Los chabolistas desalojados de Tablada esperan reubicarse junto al Huevo de Colón

Actualizado: viernes, 3 julio 2009 19:45

El colectivo de dispersa tras ser conminado a abandonar los suelos del Charco de la Pava

SEVILLA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

Tras el desalojo del asentamiento creado entre el puente de Juan Carlos I y el puente de hierro de San Juan de Aznalfarache, donde habitaban al menos 41 familias exiliadas del Polígono Sur por temor a represalias tras la muerte de un menor en un tiroteo, el colectivo de familias chabolistas ha comenzado a disgregarse al no permitir el dispositivo policial su estancia en los suelos del Charco de la Pava, apostando los principales líderes del grupo por trasladarse a una zona arbolada próximo al Huevo de Colón, más allá del estadio olímpico.

Después de que los miembros del dispositivo policial hayan conminado a los miembros de este clan gitano a abandonar los suelos del Charco de la Pava, hacia donde se habían movilizado en cumplimiento de la orden de desalojo que pesaba sobre los suelos del poblado al ser propiedad del Ministerio de Economía y Hacienda, algunos de los miembros del grupo han retornado a los bajos del puente de Juan Carlos I para protegerse del castigo del sol.

No obstante, en torno a las 17.00 horas los suelos del Charco de la Pava ubicados a espaldas de la huerta El Carmen habían sido parcialmente liberados de la ocupación protagonizada por el colectivo a primera hora de la mañana, si bien se desconoce el destino que podrían haber seguido algunas de las familias. De cualquier forma, a la sombra de un árbol y bajo la vigilancia de agentes de la Policía Local y la Policía Nacional, los principales líderes del clan han celebrado una asamblea para resolver cómo salvar la situación.

Durante la asamblea se ha escuchado de todo, porque uno de los miembros del colectivo advertía de que prefería "morir a tiros" en el Polígono Sur antes que de calor en el albero del Charco de la Pava, dado que los miembros de estas familias carecen de agua potable, electricidad o cualquier comodidad. "Vámos al Polígono", proponía.

Durante la asamblea, los líderes del colectivo han acordado visitar un enclave junto al Huevo de Colón, cerca de la Ronda Supernorte, al objeto de instalarse allí durante un periodo de "un mes" a la espera de buscar una mejor solución, extremo que posteriormente han trasladado a los miembros del dispositivo policial, bastante reducido respecto a los efectivos desplegados esta mañana. "Es algo provisional", dijo a Europa Press uno de los miembros de la asamblea, quien aseguraba que la Delegación del Gobierno en Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla les permitirán "estar allí, porque es tierra de nadie".

Según los miembros del colectivo, para las familias exiliadas "hay garantías" de permanecer en tal enclave, donde además "hay árboles" bajo los que protegerse del intenso calor que azota la ciudad hispalense y todo el valle del Guadalquivir. "Vamos al huevo", han resuelto finalmente bajo la vigilancia de los agentes de la Policía Nacional y la Policía Local.

EXILIO Y PACTO DE NO RETORNO

Por temor a represalias como consecuencia de la muerte de este menor, víctima de una bala perdida, estas familias abandonaron el Polígono Sur y crearon un poblado de chabolas entre los citados puentes, donde habitaban más de 300 personas sin electricidad, agua potable o cualquier comodidad en lo que algunos agentes sociales han declarado como "emergencia sanitaria" sobre todo por los 126 menores contabilizados entre el colectivo.

Dado el exilio, la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio precintó las 41 viviendas de titularidad pública en las que residían en el Polígono Sur al objeto de esclarecer su verdadero régimen de ocupación, pues posiblemente sólo tres de las familias habitaba legalmente estos pisos. No obstante, el departamento de Juan Espadas no espera finalizar hasta septiembre la investigación abierta en cuanto al régimen de ocupación de estas viviendas.

Pese a dos intentos de recuperar las viviendas, el resto de las familias del Polígono Sur acordó con este clan de etnia gitana la permanencia de los exiliados en el poblado al menos hasta el mes de septiembre, pues su regreso a la zona podría derivar en un enfrentamiento abierto con la familia a la que pertenecía el menor fallecido.