SEVILLA 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los trabajadores que desempeñaban sus funciones en la cafetería ubicada frente a la biblioteca de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, objeto de cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, han alertado de posibles medidas de presión que llevarían a cabo si no se "agiliza" la nueva concesión del negocio.
Así lo ha indicado a Europa Press la delegada sindical de CCOO, Rocío Sierra, que ha subrayado que por el momento los trabajadores siguen pendientes de resolver asuntos burocráticos relacionados con la documentación laboral que se les reclama de cara a gestionar su subrogación en la futura adjudicación del establecimiento.
Sierra ha señalado que para la próxima semana hay concertada una nueva reunión en la que la plantilla ya espera poder ir concretando los plazos del proceso. En caso de que continúe la indefinición, se plantearán "otro tipo de acciones, a nivel sindical".
"Vamos predispuestos al diálogo, pero nos preguntamos hasta qué punto la cafetería puede ofrecer interés para una empresa si la concesión se oferta para febrero, con sólo tres meses de curso por delante", ha subrayado la delegada sindical de CCOO.
La universidad, que planea la nueva adjudicación para antes de 2014, ya está trabajando en los pliegos y, según Sierra, se muestra "abierta" a que los propios trabajadores puedan participar en la redacción de los mismos, "dejándolo todo atado para que no haya problemas, con un estudio para asegurar la solvencia de la empresa".
Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar".
La UPO, por otra parte, apuntó a su intención de mediar con la empresa que regentaba la cafetería con el fin de tratar de que la situación de los empleados no se vea "lesionada". El rector, Vicente Guzmán, indicó entonces a Europa Press que "vamos a intentar una solución, porque no tenemos responsabilidad real, pero sí moral".