ZARAGOZA, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
La escultura-monumento al cofrade, ubicada en la Plaza del Justicia de la capital aragonesa, "dará testimonio de los muchos zaragozanos que apoyan la Semana Santa de la ciudad", según dijo hoy en la inauguración de la obra el consejero de Grandes Proyectos y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco.
Al acto asistieron también el presidente de la Asociación Cultural Terceroles, Miguel Estrada; el presidente de la Junta de Gobierno de la Junta Coordinadora de cofradías, Juan Murillo; y el artista de la obra, Miguel Arcón.
"La Semana Santa de Zaragoza tiene cada vez más relevancia tanto para los zaragozanos como para los turistas; por eso, queríamos, junto con la Asociación Terceroles, hacer un monumento que dejara constancia de ella", explicó Jerónimo Blasco.
El consejero de Grandes Proyectos y Cultura informó de que el precio de la estatua fue de "unos 30.000 euros, que se han sufragado al 50 por ciento entre la Asociación Terceroles y el Ayuntamiento". Agregó que la obra "es un magnífico trabajo en bronce y creo que el resultado va a agradar".
Por su parte, el autor de la escultura, Miguel Arcón, comentó que "este trabajo me motivaba verdaderamente", además de que los cofrades de la Asociación Terceroles "me dieron toda clase de facilidades y documentación, por lo que no ha habido ningún problema".
Arcón explicó que elaborar la obra le llevó cerca de un mes y medio, ya que el proceso para completarla comprende el boceto, la ejecución en barro, la creación de los moldes y, finalmente, su elaboración en bronce.
Por parte de la Asociación Cultural Terceroles, que está formada por once cofradías de Zaragoza, su presidente, Miguel Estrada, agradeció la colaboración del ayuntamiento y deseó que la pieza fuera del agrado de los zaragozanos.
La inauguración de esta estatua, que rinde un homenaje a los más de 15.000 cofrades que existen en Zaragoza, contó con la actuación del piquete de honor de la Junta Coordinadora de Cofradías, que representa a las 24 cofradías que existen en la capital aragonesa.
La pieza, que representa a un padre y un hijo antes de participar en una procesión, está fijada sobre una base de arenisca de 50 centímetros. La escultura es de bronce patinado y posee 1,75 metros de altura.
