El centro Ibercaja Actur acoge la exposición 'Nama Japa Mala. Las cuentas de la repetición del nombre'

Presentación de la exposcición 'Nama Japa Mala'
IBERCAJA
Actualizado: miércoles, 8 septiembre 2010 19:45

ZARAGOZA, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

El centro cultural Ibercaja Actur de Zaragoza acoge desde este jueves, 9 de septiembre, la exposición 'Nama Japa Mala. Las cuentas de la repetición del nombre', que permanecerá abierta hasta el 12 de noviembre, en horario de 18.00 a 21.00 horas, de lunes a viernes, con entrada libre.

La muestra, coordinada por Mario Onieva, presenta el sentido y evolución del rezo de la 'Repetición del Nombre', en cuatro espacios, uno para cada una de las grandes religiones: Hinduismo, Budismo, Islamismo y Cristianismo. De ellas, se ha reproducido un oratorio de cada una, con paneles explicativos y singulares objetos de culto y obras de arte.

La exposición tiene un carácter didáctico y por ello se ha elaborado un audiovisual que permite la mejor comprensión del mensaje que se pretende transmitir, han informado los organizadores en un comunicado. Además, la muestra cuenta con una cuidada iluminación y una música ambiental que ayudan a recrear la espiritualidad de las escenas representadas.

En torno a ella, se realizarán dos conferencias bajo el epígrafe 'El soplo oriental del espíritu'. El 5 de octubre tendrá lugar la conferencia 'Del Mala al Rosario: una tradición común', a cargo del historiador Mario Onieva.

La segunda conferencia la impartirá Juan Arnau será el día 26 de octubre y llevará como título 'El recuerdo potencial. Reminiscencia y repetición en las tradiciones de la India'. Ambas se desarrollarán en el salón de actos de Ibercaja Actur, a las 19.30 horas.

'NAMA JAPA MALA'

Nama significa nombre y Japa quiere decir repetición, de modo que Nama Japa es la repetición del nombre de Dios. La mayoría de los practicantes del Nama Japa usan una sarta de cuentas, el Mala, para contabilizar las veces que se repite el nombre.

El uso del Mala se remonta al milenio segundo antes de Cristo y está ampliamente extendido en otras religiones. Los más antiguos aparecieron en la India, en relación con el culto a Shiva. Siglos después, se extendió la costumbre hacia Oriente, posiblemente de India a Tíbet, después a China y Corea, y más tarde, con el cambio de era, a Japón, acompañando la expansión del budismo.

Los musulmanes recibieron la idea de la India y de ellos la adoptaron los cristianos. También es posible que fueran los cristianos siríacos los que comenzaran usando el rosario para cantar la letanías de los nombres divinos y de ellos lo copió el Islam. Es cierto que los Padres del desierto, al rezar las letanías, tenían un método más sencillo de contar, con guijarros que se pasaban de un montón a otro.

El Rosario cristiano como lo conocemos deriva de los cantos monacales del Salterio, en el que se establecieron 150 cuentas --una para cada salmo-- que se llevaban, unidas por una cuerda, colgando del cinturón o al cuello.

La lectura del salmo se sustituyó, para los legos analfabetos, por una oración repetida 150 veces, que comenzó siendo el Padre Nuestro, pero enseguida se cambió por el Ave María. La donación del Rosario a Santo Domingo por la Virgen es una leyenda conocida y extendida, de finales del siglo XV.

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