Cerca del 5% de la población no tiene acceso al dinero en efectivo en su municipio

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Cajero automático - EUROPA PRESS - Archivo
Actualizado: martes, 20 agosto 2019 13:15

ZARAGOZA, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

El porcentaje de población de Aragón que actualmente no tiene acceso directo al dinero en efectivo sigue creciendo y se sitúa por encima de la media española. En Aragón el 4,3% de los habitantes no disponen de acceso directo al efectivo en sus poblaciones, ni mediante oficina bancaria ni cajero automático, situándose por encima del 2% de afectados a nivel nacional.

Un dato que se prevé siga incrementándose con los actuales ERE de la banca comercial y, por tanto, colocando en situación de riesgo por exclusión financiera a más población, especialmente en los pequeños núcleos rurales.

Esta es la principal conclusión de unas jornadas celebradas por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada sobre la brecha financiera en España.

A nivel nacional se estima que, con el actual ritmo de cierre de sucursales bancarias, en 2025 aproximadamente el 5% de la población española tendrá muchas dificultades para acceder al dinero en efectivo y cerca de tres millones de personas estarán en grave riesgo de exclusión financiera, un riesgo con notables consecuencias sociales y económicas.

En Aragón el porcentaje de municipios que no cuentan con oficina bancaria es del 43,2%, datos a cierre de 2017, con una cifra absoluta de 413 poblaciones. Este dato se eleva hasta superar el 66% si se tiene en cuenta los pueblos de menos de 1.000 habitante que no disponen de cajero automático.

IMPACTO

A pesar de ello Aragón ha sido una de las comunidades menos impactadas por el cierre de oficias bancarias en los últimos años. Entre el 2008 y el 2017 se cerraron 731 sucursales, un 39,8% del total y por debajo del 44% en el que se sitúa la media española.

Entre 2008 y 2017 el número de oficinas bancarias en España ha caído casi un 44%, con cerca de 20.000 sucursales menos. En el 2018 se cerraron otras 1.695 oficinas bancarias, lo que representa que finalizaron actividad más del 6% de las sucursales en España en tan solo un año. En los últimos ejercicios el ritmo de cierre de oficinas bancarias supera el 5% anual, señala el estudio del Instituto.

Los esfuerzos de las entidades bancarias por ofrecer cajeros automáticos volantes, oficinas móviles y otras soluciones, que en ocasiones exigen repercutir costes a los ayuntamientos, no han logrado superar el problema de acceso al dinero en efectivo en una población eminentemente rural que crece año tras año, en el espacio de la España vacía, han apuntado desde el Instituto Coordenadas.

A pesar de estas cifras, para el 53% de la población el efectivo sigue siendo el principal medio de pago y en España las operaciones en los puntos de venta siguen siendo mayoritariamente en efectivo, con el 87% del total y por encima de la media europea que se sitúa en el 79%.

Los problemas de tipo social y económico que la falta de acceso al efectivo están generando en amplias capas de la población se van a agudizar en determinados territorios y sus consecuencias van a ser impactantes en el conjunto nacional, señalaron los ponentes, agravando la brecha geográfica y la desigualdad económica y de oportunidades, en el empeño del estado de promocionar el cartel de los medios electrónicos de pago y abandono del gigantesco logro político de la moneda como identidad europea, para favorecer el Brexit y los nacionalismos excluyentes.

La economía de tres millones de personas y la de miles de pequeños negocios en el ámbito rural se basa en el dinero en efectivo. Impedir o dificultar el acceso al dinero no va a hacer otra cosa que incrementar la desigualdad y fomentar un reparto injusto de la riqueza, generando la quiebra de la igualdad de oportunidades y la exclusión de las personas por encima de los 60 años. Una sociedad sin acceso al dinero en efectivo es el paradigma de la desigualdad, han indicado desde el Instituto Coordenadas.

OLIGOPOLIO

Una buena parte del trabajo del Instituto se centra en señalar los peligros de la reciente tendencia instalada en buena parte del sistema de financiero de impulsar la eliminación del dinero en efectivo y su sustitución por medios de pago electrónicos, un negocio concentrado en un oligopolio que mueve cifras astronómicas.

Un mundo sin efectivo incrementará notablemente el poder del sistema financiero, cuyos patrones de conducta hemos conocido dramáticamente en esta última crisis con cientos de miles de litigios por mala praxis y con los rescates como socialización de las pérdidas, señala el Instituto, que podrán controlar todas las transacciones. Dejando al Estado y a la ciudadanía inermes.

No sólo eso, en un mundo sin dinero las instituciones financieras podrán rastrear cualquier operación y tendrán acceso a un caudal de información que incrementaría hasta niveles preocupantes sus opciones de control social y político. Una moderna claudicación de la política en beneficio de los negocios.

El dinero en efectivo es un contrapoder en manos de los ciudadanos, señala el Instituto Coordenadas. "Con dinero en la mano un ciudadano puede comprar, vender y ahorrar sin estar completamente supeditado a las exigencias y depredación del sistema financiero", han considerado.

En España la bancarización es notable, pero las redes de comunicaciones digitales no dan cobertura a amplias zonas rurales ni a personas de edad, hoy mayoritaria, donde la brecha tecnológica es mayor, que sin cajeros ni medios digitales serán excluidas por completo del sistema, "una conducta que afecta a la identidad y soberanía europea".

El control social se consigue interviniendo en las decisiones y en la privacidad de las personas, apunta el estudio del Instituto, que alerta de que una de las formas más eficaces de lograrlo es restringiendo el uso del dinero en efectivo, que es la herramienta que tienen las personas para realizar sus operaciones protegiendo su derecho a la privacidad y la confidencialidad.

Para Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente Ejecutivo del instituto Coordenadas, "este estudio señala el grave riesgo de exclusión financiera de una buena parte de la población española si sigue la tendencia de dificultar o impedir el acceso al dinero en efectivo. Una sociedad sin efectivo es un riesgo evidente, pero es imperativo poner en marcha todo tipo de actuaciones para que un porcentaje significativo de la población no quede fuera del sistema financiero. Las consecuencias serán irreparables".