Zaragoza.- El Museo del Frío de Uncastillo recrea el sistema tradicional de almacenamiento del hielo

Actualizado: jueves, 4 enero 2007 13:33

UNCASTILLO (ZARAGOZA), 4 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Museo del Frío del municipio zaragozano de Uncastillo recupera una de las tradiciones aragonesas y muestra al visitante cómo se almacenaba el hielo y la nieve del invierno y se conservaban para ser utilizados en otras estaciones del año. Este nevero fue recuperado por la Asociación Cultural La Lonjeta del municipio, encargada de promover y gestionar el nevero, y por la Fundación Uncastillo.

Este Museo del Frío es en realidad un antiguo pozo de hielo rehabilitado. En el interior del mismo se ha recreado el sistema de almacenamiento del hielo, y allí se encuentran también algunos objetos relacionados con la fabricación de este elemento natural. Asimismo, junto a la puerta de entrada del nevero se ha colocado un cartel informativo como complemento explicativo de la visita al museo, cuya entrada es totalmente libre.

Además, para dar a conocer mejor el proceso de conservación del hielo, la Asociación La Lonjeta realizó un video, bajo la dirección de Eugenio Monesma, sobre los neveros medievales en el que voluntarios de la Asociación llenaron el nevero de nieve utilizando las técnicas que antiguamente servían para la conservación de este elemento, para ejemplificar visualmente todo el proceso.

El 'pocico del hielo', como se conoce a este Museo al aire libre de la localidad cincovillesa, está situado en la calle Roncesvalles, a la entrada de Uncastillo llegando desde Sos del Rey Católico, junto a los restos de la Iglesia de San Lorenzo. Además, Uncastillo cuenta con otro pozo similar en las inmediaciones de la Fuente Nueva.

EL POZO

El Pozo del Hielo es una construcción de planta circular, de recios muros de piedra y cerramiento en forma de bóveda, sostenido por dos grandes arcos de sillares que se cruzan en su parte más alta. Consta de dos aberturas, la puerta de acceso y un vano en la parte superior utilizado para el llenado y vaciado cuando el hielo o la nieve depositada sobrepasaban la altura de la puerta.

Existe también un desagüe para evacuar el agua que se filtraba a través del emparrillado de madera del suelo, sobre el que se colocaba la nieve en capas compactas mezcladas con paja.

Con la llegada de la era industrial estos neveros y pozos de hielo, presentes en la gran mayoría de los municipios, quedaron en desuso y terminaron, la gran parte, arruinándose. Sin embargo, gracias a la iniciativa de La Lonjeta, este Pozo fue restaurado en 1997, y recuperado como Museo del Frío.