OVIEDO 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Principado de Asturias, el socialista Vicente Álvarez Areces, ha lamentado el fallecimiento del que fuera el primer presidente del Principado, Rafael Fernández, a los 97 años de edad. Según Areces, Rafael Fernández, fue un "demócrata convencido" y un hombre que desde la izquierda asturiana "pasará a la historia no sólo por su participación como militante sino también por ese periodo de transición y haber sido el primer Presidente de la comunidad autónoma de Asturias".
Areces ha hecho estas manifestaciones en Mieres, a preguntas de los periodistas, momentos antes de participar en la clausura del Congreso del SOMA-FIA-UGT.
El actual presidente asturiano ha señalado que conoció a Rafael Fernández cuando volvió de México, en una etapa incluso anterior a la democracia española, en el año 1977. "Venía como una persona muy representativa del exilio español pero con un mandato muy claro del entonces secretario general de los socialistas españoles, Felipe González, de desarrollar una política de reconciliación, facilitar la transición política en el país, y conectar con otras fuerzas políticas aquí en Asturias que pudiesen conducir ese camino de reconciliación que los españoles deseaban y que las fuerzas políticas de la izquierda, y en especial el PSOE, también impulsó", ha relatado.
Así, Areces se ha referido a Rafael Fernández como "una figura de la transición y de la democracia española" porque fue el primer Presidente preautonómico antes de que se constituyesen ya los Gobiernos autonómicos que se derivaban del mandato constitucional. Ha recordado que la Constitución se aprobó un año después de la democracia, y que luego se fueron configurando órganos preautonómicos que él presidió y también fue primer Presidente de la autonomía, una vez que el mandato estatutario lo permitía.
Rafael Fernández, según Areces, merece el homenaje y el reconocimiento de todos los asturianos, además de los socialistas, porque él era una figura representativa del PSOE, tanto él como su primera esposa, Purificación Tomás. "Era un hombre prudente, facilitó la relación no sólo con otras fuerzas políticas sino con instituciones asturianas, y luego sobre todo fue un hombre muy respetuoso con los demás, se hizo querer y respetar y cuando le correspondió tener un papel más en su vida privada y civil, pues mantuvo siempre un respetuoso silencio y respeto por las decisiones que los órganos de su partido desde el Gobierno se facilitaban", ha concluido.