Ricardo Fernández, en rueda de prensa.
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 11 abril 2016 19:00

   Avala la actitud que mantuvo el trabajador fallecido y recalca que sí hubo una dirección dando instrucciones

   Recuerda que el servicio de prevención de incendios cuenta con un solo trabajador y la ley impide aumentar la plantilla

 

   OVIEDO, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo, Ricardo Fernández (PSOE), no tiene constancia hasta el momento de que se hayan cometido negligencias en las labores de extinción del incendio en el número 58 de la calle Uría que el pasado viernes costó la vida al bombero del servicio municipal, Eloy Palacio, y heridas de consideración a uno de sus compañeros.

   En una concurrida rueda de prensa, ha avalado la actitud y la profesionalidad de todos los trabajadores del Servicio de Extinción de Incendios municipal en el suceso. También ha defendido, tras hablar con los mandos implicados, que se dio orden en un momento dado de salir del inmueble y realizar las labores desde el exterior y que no hubo órdenes negligentes, contrarias a norma o que pusiesen en riesgo a los bomberos.

   El edil ha recalcado, no obstante, que esto es así hasta donde le consta y que está abierta una investigación al respecto. Si cuando finalice la misma, "nos encontramos con que hubo una dirección negligente, habrá tomar medidas y el jefe del Servicio de Bomberos de Oviedo tendrá que asumir responsabilidades", ha comentado. Se refería en estos términos a la demanda del sindicato CSI, que ha pedido este lunes el cese fulminante de la persona al cargo, José Manuel Torres.

   El concejal ha recalcado que durante las labores de extinción "sí hubo una dirección dando instrucciones", a cargo del Jefe de Bomberos, y también de los jefes de turno. "Si esas instrucciones fueron acertadas o no lo veremos en la investigación", ha señalado.

   Ha recordado que tres de los mandos, además del bombero herido, Juan Carlos Fernández Granda (que está recuperándose favorablemente de las lesiones físicas) ya han declarado en la señalada investigación. Según le consta al concejal, "hay un punto en el que se ordena a todo el mundo retirarse y que ataquen al fuego desde el exterior para evitar la propagación" de las llamas a otros inmuebles. "Nadie me reconoce que hubiera trabajadores dentro", ha recalcado.

   No obstante, ha avalado la actitud de todos los bomberos de Oviedo participantes en los trabajos, incluidos el fallecido y el afectado. De Palacio ha recordado que tenía 30 años de experiencia, y de Granda y destacado su "dedicación y entrega total". "Entiendo que han actuado correctamente, con arreglo a su criterio", ha añadido. Sobre la supuesta carencia de advertencia al fallecido y al herido para que no abandonasen la cesta, ha manifestado que "nadie" dio la instrucción contraria, la de abandonarla. "Nada me permite apuntar que se diesen órdenes contrarias a la normativa o que pusiesen a los bomberos en una situación de riesgo", ha recalcado.

   Al respecto de las causas, se sigue barajando el "problema eléctrico". Ha señalado que el fuego al principio estaba oculto en un falso techo, y que cuando uno de los bomberos intervinientes lo descubre es cuando se toma conciencia de la dimensión del problema. Además, "hay una constatación de que en un determinado momento el fuego se expande con una violencia manifiesta e inusitada", punto que trata de aclarar la investigación.

PROBLEMAS DE PLANTILLA

   Ha reconocido problemas de plantilla en el servicio municipal antincendios, tanto en el de extinción como en el de prevención. Este último, según ha explicado, cuenta actualmente con un trabajador, y la legislación y las tasas de reposición estatales impiden convocar nuevas plazas.

   Sobre la plantilla de bomberos, la ha cifrado oficialmente en 72, pero ha advertido que por bajas y jubilaciones muy pronto estará en 60. Reconoce, como exige la CSI, que el número de trabajadores debería ser al menos de 90.

   Ha explicado esto en referencia a la situación de la red de bocas de incendio del municipio. Ha confirmado que los hidrantes de la calle Uría están tapados por losas y ha criticado las dificultades del Consistorio para llevar a cabo las inspecciones correspondientes por falta de personal. "No voy a poder hacer magia", ha lamentado. En todo caso, a raíz de sus conversaciones con los mandos, ha descartado a priori que hubiese problemas de carencia de agua en las labores de extinción.

APERTURA DE CALLES

   Las calles Uría y Melquiades Álvarez siguen cortadas al tráfico rodado y peatonal y sus negocios cerrados, a la altura del edificio incendiado. El edil ha preferido no dar un plazo estimado de apertura.

   La única previsión que ha podido realizar es que la próxima semana que ha podido dar es que la próxima estarán colocados los soportes de la estructura del inmueble siniestrado. Posteriormente tendrían que acceder a su interior los agentes de la Policía Científica para recabar muestras. Se daría entonces paso a las labores de desescombro y a la apertura progresiva de la calle y de los establecimientos afectados.