OVIEDO, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Comandancia de la Guardia Civil de Gijón observa una disminución del número de botellones y el número de personas que participan en ellos, lo que vincula "a la proximidad del fin del periodo vacacional, así como la disuasión que produce la presencia de efectivos de la Guardia Civil".
Así lo indica en el balance del fin de semana, en el que se han formulado más de 100 denuncias, en el marco del dispositivo que la Benemérita viene efectuando este verano para el control de situaciones que faciliten el contagio y la expansión del COVID-19.
En concreto, en El Carbayu-Lugones-Siero, se disolvió un botellón de unas 500 personas en colaboración con la Policía Local de este municipio; y en Ribadesella se evitó que unas 200 personas permaneciesen en la zona de ocio nocturno tras el cierre, dispersándose y acudiendo a otros lugares en grupos más reducidos.
Asimismo, en Luanco se disolvieron varios botellones de un número reducido de personas, siendo el más importante en la Calle San Roque de unas 300 personas, sin que se registraron incidentes.
Además, en Caravia-Playa Madre a las 02.00 horas se produjo una pelea, procediendo a la identificación de todos los implicados. Posteriormente se disolvieron pequeños grupos de personas consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública tanto en esta zona como en La Isla-Colunga sin que se produjeran otras incidencias.
En Candás, entre las 01.00 y las 03.00 horas, en unión de la Policía Local, se disolvieron dos zonas de aglutinación de jóvenes en botellón, sin incidentes; y en Llanes, patrullas de la Guardia Civil en coordinación con Policía Local, evitaron que una vez cerrado el ocio nocturno permanecieran en la zona grupos de personas, dispersándose y acudiendo a otros lugares en grupos más reducidos.