Mary-Claire King - EUROPA PRESS
OVIEDO 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
La genetista estadounidense Mary-Claire King, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025, ha ha admitido este martes que existe actualmente un "grave problema" con el actual sistema de publicaciones científicas, ante la irrupción de 'papers' falsos. "Debido a que ahora es fácil publicar en línea, muy rápido, vemos que se ha dado una explosión de esas publicaciones poco válidas", ha afirmado.
King se ha pronunciado en estos términos a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa que ha ofrecido en Oviedo con motivo de su presencia en Asturias para recoger el viernes el galardón.
A pesar de todo y de la proliferación de publicaciones poco válidas, la científica se ha considerado optimista de cara a solucionar una situación en la que cada vez los investigadores se ven más presionados para aparecer en publicaciones.
"Afortunadamente vemos que hay muchísimas, muchísimas personas que se han dedicado a la publicación, a este negocio desde hace décadas, y ellos, junto con nosotros, con 'seniors' como yo pero también jóvenes científicos, están haciendo todo lo que está en su mano para que las revisiones de esas revistas, de esas publicaciones de calidad, sean puras, sean buenas", ha indicado.
Ha lamentado que existan publicaciones que no tienen calidad o incluso falsas, que no deberían estar en el ámbito científico. Considera King que, al final, la situación se va a agotar por sí misma.
"Porque cuando hablamos de la empresa, del negocio de publicación legítimo, tanto por el punto editorial como el científico, estamos totalmente unidos en estos esfuerzos para que las publicaciones sean legítimas, no corruptas", ha dicho. "En estos momentos es un problema y es un problema grave, pero creo que lo vamos a resolver", ha concluido la genetista estadounidense Mary-Claire King.
Por otro lado, en la misma rueda de prensa le han preguntado a King sobre si prefiere el trabajo científico que ha realizado o su trabajo en la defensa de los derechos humanos. "Es como preguntarle a una madre o a un padre que elija a sus hijos", ha comentado, señalando que no puede elegir entre una u otra faceta.
Preguntada por si sus aportaciones y descubrimientos habrían sido objeto de menos polémica si hubiese sido un hombre en vez de una mujer, la genetista ha asegurado que "ser científica tiene sus problemas, pero este no es uno de ellos".
"Las preguntas que intentamos explorar las elegimos en función de nuestras propias experiencias personales, y ahí hay una base cultural, de género y también de edad. Pero la naturaleza del trabajo que acometemos es algo independiente de todo eso. Un buen experimento siempre será un buen experimento", ha zanjado.
Mary-Claire King (Chicago, EE. UU., 27 de febrero de 1946) se graduó en Matemáticas por el Carleton College (Northfield, Minnesota) en 1966 con la calificación cum laude y, posteriormente, realizó su tesis doctoral en Genética en la Universidad de Berkeley, bajo la dirección de Allan Wilson. Entre 1974 y 1976 cursó una estancia posdoctoral en la Universidad de San Francisco, tras la cual regresó a Berkeley como profesora de Genética y Epidemiología en el departamento de Biología Molecular y Celular, donde ejerció hasta 1995, cuando se incorporó a la Asociación Estadounidense del Cáncer, en la Universidad de Washington (Seattle), y es miembro afiliado del Fred Hutchinson Cancer Center (Seattle), cargos que sigue ocupando en la actualidad.
Su trabajo de doctorado en Biología Evolutiva tuvo ya una enorme trascendencia al determinar la gran proximidad genética entre humanos y chimpancés -un 99 % idénticos- a través de análisis estadísticos de similitud entre proteínas. En 1974, King comenzó a investigar en el grupo del Dr. Petrakis el origen del cáncer de mama. Tras muchos años de una compleja investigación y desarrollo de nuevos modelos estadísticos de genética de poblaciones y genética evolutiva, en 1990 consiguió identificar un gen localizado en el cromosoma 17, denominado BRCA1, así como que las mutaciones en este gen estaban implicadas en el desarrollo de determinados tipos de cáncer de mama y ovario.
Este trabajo supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer, una enfermedad compleja de la que no se sospechaba que pudiese tener un origen genético, y en su tratamiento. A partir de entonces, el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras, como la enfermedad de Huntington o la fibrosis quística, comenzó a enfocarse desde otro punto de vista.
Mary-Claire King ha tenido, también, un papel muy relevante en la aplicación de la genética en el ámbito de los derechos humanos, como en casos de identificación de desaparecidos y sus descendientes tras la dictadura argentina y en otros países, con el denominado 'índice de abuelidad'.
King -cuya labor ha llevado a la identificación y reunificación de 138 familias hasta el momento- trabajó con las abuelas argentinas de desaparecidos para establecer el Banco Nacional de Datos Genéticos en Argentina, la primera institución dedicada a preservar sistemáticamente la información genética para futuras identificaciones. Recientemente ha hecho, también, contribuciones clave a la comprensión de la esquizofrenia, proporcionando evidencias de que ese trastorno surge de mutaciones de novo -cambio en la secuencia de ADN de un gen que se observa por primera vez en una persona y que no ha aparecido en generaciones anteriores- que dañan los genes que regulan la neurogénesis en la corteza prefrontal fetal.
Al integrar la genómica con la neurociencia, ha desempeñado junto con sus colegas un papel fundamental en el hallazgo de los fundamentos moleculares de la esquizofrenia y ha proporcionado nuevos conocimientos sobre su patogénesis y posibles terapias.
Mary-Claire King es doctora honoris causa por más de veinte universidades de todo el mundo y miembro, entre otras, de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. En 2012 fue presidenta de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana y ha tenido y tiene cargos relevantes en múltiples instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, como el Instituto Nacional del Cáncer y otros institutos nacionales de salud, y a nivel internacional, como el Consejo Científico de la OMS. Ha recibido múltiples premios.