OVIEDO, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Centro de Inserción Social (CIS) de la prisión de Villabona lleva a cabo, desde finales de 2006, un programa específico de tratamiento, atención y seguimiento de aquellas personas condenadas por un delito de violencia de género y violencia doméstica a la que asisten 51 condenados, siete de ellos mujeres.
El subdirector de Tratamiento del Centro de Inserción de la prisión, Angel Merchán, en declaraciones a Europa Press, explicó que existen tres grupos de asistentes a la terapia, las personas que están en la calle por suspensión de condena, los que se encuentra realizando trabajos en beneficio de la comunidad y los reclusos que se encuentran en el módulo del CIS en la prisión asturiana.
El número de personas que están en libertad y que acuden a la cárcel para realizar el curso es de 46 personas mientras que son cinco los que están dentro del módulo de Inserción Social. La terapia consiste en doce sesiones y cada encuentro tiene una duración de tres o cuatro horas.
Por su parte, en los otros módulos de la prisión también se desarrolla un tratamiento similar. La terapia en esta caso dura doce meses y acuden nueve personas, el requisito indispensable es que el recluso tenga más de un año de condena y que no tenga perspectivas de que vaya a pasar de grado, según explicó Merchán.
Los condenados por violencia de género o violencia doméstica están "obligados" a asistir a la terapia ya que el magistrado les obliga en la sentencia. En los casos en los que los condenados se nieguen a acudir al curso, la dirección de la prisión informará a la autoridad judicial que podrá tomar la decisión de ingresar de nuevo al condenado en la prisión.
Las autoridades de la cárcel podrán poner también poner en conocimiento del juzgado las "presuntas irregularidades" que ocurran dentro del curso. "Si vemos que alguna persona amenaza con acercarse a la víctima o que durante la terapia muestra síntomas de violencia", damos parte a las autoridades, apuntó Merchán.
Asimismo, el subdirector del CIS alerta al juzgado y a la Delegación de Gobierno del Principado de los casos en los que una persona condenada por maltrato sale de prisión. "Existen lazos estrechos entre la prisión, los jueces y Delegación de Gobierno", apuntó Merchán.
La psicóloga del curso, en declaraciones a Europa Press, expresó que "no existe un perfil claro" del maltratador. Señaló que a la terapia asisten siete mujeres acusadas de maltrato pero apuntó que sus parejas asisten también porque están condenados por el mismo delito. Como diferencias, la especialista comentó que las mujeres "siempre reconocen que agredieron" mientras que los hombres "lo niegan de entrada".
Los cursos constan de una entrevista inicial y de una "pequeña" valoración de cada uno para trabajar la empatía con la víctima, apuntó la psicóloga del centro penitenciario, que añadió que lo importante es "que los condenados reconozcan el delito". Además, este programa está apoyado por "tareas" (lecturas y búsqueda de noticias y de documentación en relación con la violencia de género).
En la terapia se intentan prevenir las recaídas y se detectan posibles problemas de dogas y de alcoholismo aunque según el director del CIS y la Psicóloga "es un problema fundamentalmente de educación".
PROGRAMA PILOTO EN COLEGIOS.
En este mismo sentido, los coordinadores del programa específico de tratamiento, atención y seguimiento de las personas condenadas por malos tratos realizaron una experiencia piloto en toda España en dos colegios de Oviedo: el Auseva y el Amor de Dios.
El equipo de Villabona se desplazó a estos dos centros educativos donde impartieron un curso a los alumnos de cuarto de la ESO durante dos horas. Estas dos experiencias en los colegios resultaron "satisfactorias" ya que en una encuesta posterior los alumnos dieron una valoración muy alta a la experiencia, aseveró Merchán.
"Hemos enviado este programa infantil a Instituciones Penitenciarias a Madrid con el fin de que lo valoren y nos den luz verde para seguir desarrollándolo en otros Centros", explicó el subdirector del CIS.
