CAMARGO, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Camargo ha adjudicado a la empresa Recogida de Aceites Hersa el contrato del servicio de recogida selectiva de aceite doméstico usado, que tendrá un periodo de vigencia de cuatro años, con un canon anual por metro cuadrado de ocupación de 24,20 euros, IVA incluido.
Este servicio facilitará a los vecinos del Valle la recogida de todo el aceite vegetal doméstico usado así como el cumplimiento de la normativa medioambiental establecida con respecto a la gestión del citado residuo.
Se trata de una adjudicación que da continuidad al proceso iniciado en 1992, cuando Camargo fue pionero en Cantabria con la puesta en marcha del Plan de Recuperación de Residuos Sólidos Urbanos, y que en 2010 llevó a la instalación en el entorno del Parque Lorenzo Cagigas del primero de los contenedores destinados a este uso del total de quince con que cuenta actualmente el municipio, informa el Ayuntamiento.
Los contenedores están instalados instalados, además del colocado en las inmediaciones del Parque Lorenzo Cagigas, en la confluencia de la Avenida de la Concordia con la Avenida de Bilbao, en el Barrio del Carmen, en la zona de Cros, en el casco urbano; en la calle Héroes Dos de Mayo de Muriedas; en la Avenida de Parayas junto a la Iglesia de San Juan en el Alto Maliaño; en el Barrio Santa Bárbara y junto a la Ermita de El Carmen en Revilla, en el cruce de la carretera entre Igollo-Bezana en Igollo; junto a la Iglesia de San Roque y en Las Presas en Herrera; en la calle La Central en Cacicedo; frente a la Iglesia de San Miguel en Camargo pueblo; y en el Barrio El Churi y en la Plaza Vela en Escobedo.
No obstante, anualmente se revisará la gestión del servicio y se podrán implantar nuevas medidas e incrementar el número de contenedores hasta un total de 20 si fuera necesario en función de la demanda ciudadana.
Desde el área de Medio Ambiente se anima a todos los vecinos a hacer uso de estos contenedores pues el aceite doméstico constituye uno de los principales contaminantes de las aguas residuales de las grandes ciudades e incrementa el coste de la depuración de estas aguas, además de facilitar la proliferación de microorganismos perjudiciales para la salud, y provocar obstrucciones en las tuberías de los hogares.
