La sala de exposiciones Mauro Muriedas acoge una exposición de esculturas de Jesús Lizaso

Escultura De Jesús Lizaso
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 3 junio 2011 18:37

'Ortotropías' y 'Engranajes' configuran la muestra del artista vasco

TORRELAVEGA, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

La sala de exposiciones Mauro Muriedas de Torrelavega acoge desde este viernes, y hasta el 3 de julio, una exposición de esculturas de Jesús Lizaso (1961 Barakaldo, Vizcaya).

De gran prestigio en el País Vasco e imparable proyección en el resto de España, Lizaso cuenta entre otros galardones con la Medalla de Oro a la Investigación de Artes Plásticas de la Fundación Orbegozo.

En sus diferentes 'Ejercicios', como él denomina a sus distintas series, quedan patentes su espíritu inquieto y sus múltiples formas de entender la escultura. Su inconformismo le libera de ataduras, y le posibilita acometer cada nuevo proyecto con una visión formal y conceptual muy diferente respecto lo desarrollado anteriormente.

Así, su evolución como artista ha transitado desde la figuración de sus inicios hacia la actual abstracción de una manera natural y sin estridencias, pero siempre estimulando la curiosidad y los sentidos.

En la muestra de la sala Mauro Muriedas se han querido acercar dos de sus 'Ejercicios': 'Ortotropías' y 'Engranajes'. Las primeras constituyen su último y más sorprendente desafío; son formas aparentemente caprichosas que surgen como objetos reinventados a partir de la materia, y cuyo planteamiento deriva de las infinitas posibilidades del lenguaje de la plasticidad.

La palabra Ortotropía, según la física, denomina una propiedad por la cual la respuesta de un material a una fuerza aplicada varía en función de la dirección en la que aplicamos dicha fuerza. Esta particularidad resulta especialmente patente en la madera, pues obliga a tener en cuenta el sentido en que se trabaja y sus vetas a la hora de obtener un resultado concreto.

Observando las obras, parecen el resultado de diferentes presiones aplicadas sobre la materia, incluso parece que las hubiera doblado alguna fuerza sobrenatural. Sin embargo, el afán de someterla a la voluntad del artista a pesar de la resistencia que opone a su transformación, obliga a buscar el engaño, el "trampantojo" que consigue que el espectador admita la ilusión como si fuera realidad.

En cuanto a los 'Engranajes', forman parte de un ejercicio de largo recorrido y un proyecto formal en constante evolución. En esta ocasión, las esculturas conservan la reminiscencia formal que les da nombre, y que remite al entorno industrial que tantas veces ha servido de inspiración al artista.

Aunque la madera es también predominante, el tratamiento es radicalmente opuesto al de las Ortotropías. No son sinuosas líneas las que conforman los volúmenes, sino que se caracteriza por sus aristas pronunciadas, casi agresivas, y por el predominio de las superficies planas sobre las curvas.

Como resultado, una suerte de maquinarias inertes, cuyos dientes han perdido su funcionalidad mecánica para convertirse en nexos visuales entre superficies donde, de nuevo, la plasticidad subyace como planteamiento artístico.