SANTANDER, 31 May. (EUROPA PRESS) -
La mitad de los cántabros confiesa que ahorra menos de una décima parte de sus ingresos mensuales y un 7% directamente señala que no puede ahorrar nada, según se desprende de la II Encuesta realizada por EFPA España (Asociación Europea de Asesores Financieros) entre los planificadores financieros para conocer la opinión de los inversores particulares que acceden a sus servicios de asesoría en cada comunidad autónoma.
Se trata de una cifra 14 puntos por encima de la media nacional y muy similar a la que arrojaba la misma encuesta en 2013. Tan solo un 7% de los ahorradores cántabros puede dedicar más de una quinta parte de sus ingresos al ahorro e inversión en productos financieros, una cifra que se eleva hasta el 11% a nivel nacional.
Pese a las dificultades para ahorrar que ponen de manifiesto los cántabros en la encuesta, dos de cada tres consultados confían en que la crisis financiera habrá finalizado, como muy tarde, este mismo año, mientras que un 14% todavía aplaza la recuperación al año 2017, en el mejor de los casos.
Además, más del 85% de los cántabros ha aumentado su confianza en la situación económica. Panorama muy distinto al que arrojaba la consulta en 2013, cuando apenas el 12,5% notaba una cierta mejoría en la situación económica, según informa EFPA en nota de prensa.
DESCONFIANZA EN LAS ENTIDADES
Siete de cada diez ahorradores cántabros confían ahora menos que antes en su banco y un 20% directamente señala que ha perdido completamente la confianza en las entidades financieras.
Los cántabros mantienen un carácter conservador en lo que se refiere a sus ahorros. El 71% de los consultados sigue apostando por los depósitos, mientras que el 18% se decanta por los fondos de inversión. De esta forma, Cantabria es la región donde un menor porcentaje de inversores particulares elige los fondos como su primera opción a la hora de sacar un mayor partido a sus ahorros.
Y es que los inversores de la comunidad continúan primando el riesgo como la característica más importante a la hora de decantarse por un vehículo de inversión, por delante de la rentabilidad y la liquidez. En último plano, los consultados tienen en cuenta los aspectos fiscales y la comprensión del producto que contratan.
