SANTANDER 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS) y la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria ofrecerán este martes, dentro del ciclo Alucine 2013, la proyección del documental 'El hombre de la cámara', de Tziga Vertov.
En esta jornada del ciclo, que comenzará a las 19.00 horas, se tratará sobre el cine-ojo a través de dicha proyección. Posteriormente habrá un coloquio en el que Linker, coordinador del ciclo, hablará sobre la pieza y el cine al que representa.
El cine-ojo nace a finales de 1919 en una Rusia recién azotada por la guerra civil. En un contexto de hambre y miseria, los artistas promovían una revolución artística, en consonancia con la social y política que se estaba llevando a cabo.
Dziga Vertov, seudónimo que en realidad significa peonza giratoria (su nombre original era Philip Kaufman) se organiza con Elizabeth Svilova, su mujer, y Mikhaïl Kaufman, su hermano, con motivo de promover esta revolución cinematográfica.
Atacando duramente el cine de ficción, al que denominaban cine-mentira, y llevando a cabo una serie de documentales vanguardistas de cierta repercusión nacional, se hicieron llamar los 'kinoki'. Su influencia en etapas posteriores fue tal que Jean-Luc Godard creó el Grupo Dziga Vertov en 1969 para rendirles homenaje.
Entre las características principales del cine-ojo destacan la búsqueda de la realidad y la espontaneidad; la ausencia de decorados preconcebidos, de actores profesionales, de maquillaje y efectos especiales.
Según sus propias palabras, querían captar "la vida de improvisto" y "explorar el caos de los fenómenos visuales que llenan el espacio". Aunque sus películas puedan parecer muy objetivas, rozando el tono documental, hay que tener en cuenta que lo que buscaban era "un ritmo propio, que no hayan sido sisado de otro lugar y que se encuentra en el movimiento de las cosas".
Vertov exprimió toda su creatividad en 'El hombre de la cámara'. Supuso una revolución. En el título en cuestión, la cámara se encuentra en el cielo, en los hogares, en lugares aparentemente imposibles para un ser humano; es omnipresente y omnipotente, está deificada y llega a grabar al propio 'hombre de la cámara' en su recorrido por las calles de la ciudad; ella es la protagonista.
La película es una sucesión de imágenes de la vida urbana en tono semidocumental. No hay una historia fija, sino un encadenado de planos sin aparente conexión; es un poema visual con un suculento espíritu futurista.