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Se va a proponer a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento que una calle de la ciudad lleve el nombre del arqueólogo e historiador
SANTANDER, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Santander ha entregado el título de Hijo Predilecto de la ciudad al historiador, arqueólogo y escritor Joaquín González Echegaray, que falleció el pasado mes de marzo, pero que es "un vivo ejemplo, por más que haya muerto, de la superación y la excelencia científica".
Con este nombramiento, que ha recogido su sobrino Rafael, la capital cántabra "ajusta cuentas" con el también etnólogo, biblista y filólogo, un "hombre que alcanza holgadamente la categoría de mito" y que constituye, además, "un tesoro nacional".
Así lo ha expresado el alcalde, Iñigo de la Serna, que ha entregado el reconocimiento -con el que se le "paga modestamente su lealtad incondicional a tantos y tan diversos saberes"-- en un acto al que han asistido, además de familiares y amigos de González Echegaray, el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz; el presidente del Parlamento, José Antonio Cagigas; el director de Cultura del Gobierno regional, Joaquín Solanas; senadores, como Gonzalo Piñeiro, diputados, como los regionalistas Rafael de la Sierra o Miguel Ángel Revilla, y los socialistas Juan Guimerans o Cristina Pereda, el rector de la Universidad de Cantabria, José Carlos Gómez Sal, y varios concejales del Ayuntamiento.
El alcalde ha destacado del que es ya séptimo Hijo Predilecto de Santander -y el primero que no recoge la distinción en vida- que "amó incondicionalmente a la ciudad", al tiempo que "recorrió medio planeta excavando, estudiando y enseñando".
"Fue un santanderino de cuna, que maduró precozmente asido a las herramientas del arqueólogo. Cosmopolita de primera hora, es hombre y nombre internacional", ha expresado el regidor, para quien se ha concedido un "título merecidísimo" a González Echegaray, "uno de los santanderinos más sabios jamás conocido".
Se ha referido al Sillón 'A' Mayúscula de la Academia del Saber como "el titán del saber enciclopédico" que, entre otras cosas, hablaba y escribía latín, griego, italiano, francés, inglés y portugués, además de castellano.
Además, este "neo renacentista santanderino" e "insigne estudioso", ha proseguido De la Serna, "nos honra" con un legado "incalculable" en 30 libros, a los que se sumará en pocas semanas 'Excavando en el Juyo', su obra póstuma. "Dejó impresos para siempre su genio y su ingenio científico", ha resaltado, para recordar que solo en España participó en excavaciones en Julióbriga, El Pendo, Altamira, Monte Cildá, Castellar, La Chora, El Otero, Morín, Rascaño y El Juyo.
"Estamos ante el eterno descubridor de tesoros arqueológicos, ante el incansable intérprete de los restos de la resta implacable del tiempo y, sobre todo, ante el maestro indiscutible de la Prehistoria, la Historia y, a la manera de Unamuno, la Intrahistoria", ha subrayado el alcalde santanderino, que también ha apuntado que fue fundador y primer director del Museo Nacional de Altamira, así como también fundó y dirigió el Museo Etnográfico de Cantabria, o estuvo al frente del Centro de Estudios Montañeses.
De la Serna también se ha referido, además de al "sabio", al "admirable Joaquín lleno de humanidad". "Así como el arqueólogo e historiador trabajaba de sol a sol, el hombre y sacerdote nunca dejó de cultivar sus dos parcelas más fértiles: la familia y los amigos".
"No está pero nos acompaña. No escribe, pero le leemos. No habla, pero resuenan inconfundibles tanto su voz como sus ecos", ha finalizado el alcalde de Santander, que ha indicado que se va a proponer a la Comisión de Cultura del Ayuntamiento que una calle de la ciudad lleve el nombre de Joaquín González Echegaray.
SU ACTO FAVORITO
Tras la entrega del título como Hijo Predilecto de la ciudad, el sobrino del historiador ha admitido que le "cuesta entender" que González Echegaray no haya estado presente en este nombramiento pues ha sido el único homenaje que no ha recibido en vida y el único que no prepararon, pues tenía la "certeza" de que iba a acudir en persona. "Estaba claro que este era su acto. Nunca pensó que no iba a ir", ha indicado.
Así, según ha explicado, la "ilusión" de su tío por recoger esta distinción era "muy grande y doble", pues iba a ser un acto "especial" para él, su acto "favorito", e iba asistir además recuperado tras luchar contra la enfermedad, pues "cada día se encontraba mejor".
"Éste era su momento", el de recoger los "frutos" tras el "esfuerzo" ante la enfermedad, ha expresado Rafael, que ha recordado que Joaquín González Echegaray recibió muchos homenajes en los últimos meses, lo que lejos de ser un "contratiempo" era la "savia que le mantenía vivo". En este sentido, ha indicado que preparaba todos los actos "con mucho mimo e ilusión".
Y aunque unos días antes de morir confesó que "hacía tiempo que no se sentía tan bien", la enfermedad le dio "un último zarpazo" y "en poco tiempo" falleció. "Ahora nos acompaña de otra manera", ha concluido.
