SANTANDER 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

La protección y mejora de la salud humana, el desarrollo de la agricultura, ganadería, selvicultura y pesca, así como el control y el cuidado del medio ambiente concentran más del 80% del gasto interno en investigación y desarrollo (I+D) realizado en Cantabria por administraciones públicas e instituciones privadas sin fines de lucro (IPSFL).

Así se pone de manifiesto en la Encuesta sobre actividades de I+D publicada por el Instituto Cántabro de Estadística, en la que se analizan los recursos destinados en la región a investigación y desarrollo, el personal dedicado a ello y el objetivo socioeconómico al que se dirigen esos gastos internos.

En el caso de las administraciones públicas e IPSFL, a la cabeza de esos objetivos se sitúa la salud humana, a cuya investigación se destina cerca del 37% del gasto. Junto a ello, destaca también el peso que alcanza la investigación en el ámbito del desarrollo del sector primario, con casi el 24% del gasto; así como la centrada en las cuestiones medio ambientales, que suma alrededor del 22% del gasto.

El resto se reparte en porcentajes muy inferiores por otras ramas de investigación como la exploración y explotación del espacio (6,44% del gasto interno en I+D), la exploración y explotación del medio terrestre (4,56%), la producción y tecnología industrial (0,16%) y otra investigación civil (6,44%).

Por tipo de investigación, más de la mitad del gasto corresponde a investigación aplicada, concretamente el 59,9%; mientras que el 28,77% es para investigación fundamental y el 11,33% restante para desarrollo experimental.

En total, el gasto interno en I+D por parte de administraciones públicas e instituciones privadas sin ánimo de lucro se elevó en 2004 en la región a unos 11,5 millones de euros y se financió fundamentalmente a través de las aportaciones públicas del Estado y sus organismos autónomos y las administraciones autonómicas.

También se contabilizó financiación europea por importe superior a un millón de euros y, aunque en menor cuantía, hubo también aportaciones de otros organismos internacionales y de empresas privadas y asociaciones de investigación, que se sumaron a otros recursos propios de los centros de investigación.