SANTANDER, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha absuelto al hombre acusado de agredir a su mujer y obligarla a mantener relaciones sexuales, "por falta de suficiente prueba de cargo", después de que ambos se acogieran a su derecho a no declarar en el juicio.
El Ministerio Fiscal, única parte acusadora al haber retirado la mujer la acusación particular que inicialmente ejerció, solicitó para el acusado 11 años de cárcel por violencia de género y agresión sexual, prohibición de comunicación y acercamiento durante 14 años, libertad vigilada tras la salida de prisión de ocho, y una indemnización de 13.000 euros a la mujer.
La sentencia, consultada por Europa Press, le absuelve porque "no ha quedado acreditado que el acusado agrediera a la mujer ni que intentara esgrimir un cuchillo frente a ella para vencer su negativa a mantener relaciones sexuales, ni que la obligara a mantenerlas en contra de su voluntad".
En la denuncia que presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Castro Urdiales el 2 de febrero de 2017, la mujer declaró que su esposo "la arrastró hasta el dormitorio lanzándola contra la cama y provocando que se golpeara con la nariz en la mesita de noche" y empezara a sangrar, y que le obligó a mantener relaciones sexuales con penetración vagina "en contra su voluntad".
En fase de instrucción, el acusado declaró que fueron relaciones sexuales consentidas. Al acogerse la mujer a su derecho a no declarar contra el procesado, ya que en el momento de los hechos aún era su esposo, la doctrina del Supremo no permite analizar ninguna de sus manifestaciones, por lo que "en definitiva la falta de testigos presenciales impide a la sala conocer qué es lo que realmente aconteció en el domicilio familiar".
De esta forma, las dos únicas pruebas practicadas en el juicio fueron el parte médico del servicio de urgencias y el informe médico forense, en el que la exploración ginecológica no evidenció ningún signo compatible con la existencia de violencia sexual".
La sentencia señala que estas pruebas evidencian que efectivamente la mujer "sufrió lesiones en cabeza y rostro, pero en modo alguno permiten construir un relato como el que sostiene el fiscal en su escrito de acusación, careciendo de suficiente valor como para poder concluir que dichas lesiones fueron causadas por la acción del procesado con la finalidad de vencer la negativa de su esposa a mantener relaciones sexuales".