Salud Pública elabora un estudio sobre determinantes de la salud y acceso a los servicios sanitarios de las personas inmigrantes
SANTANDER, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Dirección General de Salud Pública de Cantabria ha elaborado, a través del Observatorio de Salud Pública, un estudio que revela que la vivienda es uno de los principales temas de preocupación para la población inmigrante residente en Cantabria, ya que es un requisito para el empadronamiento, que a su vez es imprescindible para conseguir la tarjeta sanitaria individual.
Este 'Estudio sobre determinantes de la salud y acceso a servicios sanitarios de la población inmigrante en Cantabria' se ha realizado entre 2007 y 2009 en coordinación con el Servicio Cántabro de Salud (SCS), y con la colaboración de otros organismos de la Administración, personas inmigrantes, colectivos sociales y profesionales sanitarios, informa el Gobierno.
El objetivo ha sido establecer acciones de mejora en las políticas, planes, programas y servicios, con el fin de garantizar la equidad en salud a toda la población de Cantabria.
Entre sus conclusiones, el estudio determina también que la población inmigrante que cuenta con tarjeta sanitaria hace un uso similar de los servicios sanitarios que el resto de la población de Cantabria.
La excepción la representan los ingresos por motivos de embarazo y parto, significativamente más elevados en las mujeres inmigrantes que en las españolas.
Otros factores determinantes de su salud que pone de manifiesto el estudio son: dificultades de la población inmigrante para insertase social y laboralmente; dificultades para acceder a empleos estables y regularizados; malas condiciones laborales; trabajos precarios; escaso apoyo social y familiar; situaciones de aislamiento, y soledad. Todo ello incide sobre la salud mental de este colectivo, agrega el estudio.
FALTA DE INFORMACIÓN
Otra de las conclusiones reveladas por este informe es la falta de información que tienen las personas inmigrantes en cuanto a la cultura y estructura del sistema de salud.
Según los datos registrados, en más de la mitad de los municipios de Cantabria, el 20% de las personas inmigrantes empadronadas no tienen tarjeta sanitaria.
Por su parte, los profesionales sanitarios revelan en este estudio las dificultades de comunicación con las que se encuentran en relación con las particularidades lingüísticas, étnicas y culturales de la diversidad de colectivos inmigrantes.
PROBLEMAS DE SALUD
Los problemas de salud mental adquieren una dimensión importante entre las personas inmigrantes.
De hecho, la depresión se convierte un uno de los principales problemas de salud en esta población, percibiendo, sobre todo las mujeres inmigrantes, una deficiente atención a los factores más psicosociales de su salud.
Otros problemas de salud percibidos son: las dificultades para conocer las vacunas recibidas en la infancia, patologías bucodentales, desarreglos alimentarios, cuadros de ansiedad, maltrato y violencia de género.
De forma más minoritaria se han constatado enfermedades del aparato respiratorio, y en los últimos lugares patologías infecciosas como la tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual.
NACIMIENTOS
Según el estudio, el crecimiento de la tasa de fecundidad alcanzado en la Comunidad Autónoma desde el año 2000 se ha visto favorecido por el incremento de nacimientos de madre inmigrante.
Esta tendencia se mantiene año tras año, situándose en 2008 en un 11,8% (496) del total de nacimientos registrados en Cantabria.
En cuanto a la distribución geográfica de la población inmigrante, el 78% se concentra en los 11 municipios de mayor población, encontrándose las densidades más elevadas en Santander, arco de la Bahía de Santander, Torrelavega y municipios aledaños, Liébana y la zona oriental de la región.
Casi la mitad de la población inmigrante, el 46,5%, era de origen latinoamericano; un 32,4%, de países de la Unión Europea; un 9,6%, de países de la Europa no comunitaria, y un 8%, de origen africano.
NIVEL DE ESTUDIOS
Dentro del nivel de estudios, la población inmigrante tiene un nivel superior a la media de la población general.
Únicamente un 3% de la población inmigrante no tenía estudios, frente al 20,3% de la población general, mientras que el 29,6% de las personas inmigrantes estaban en posesión de un título universitario, frente al 22,2% de la población general.
